CANGAS DEL NARCEA.- Presentado El libro de José R. Riesco “Leitariegos en 1.898”

En Leitariegos fue presentado el pasado fin de semana el libro “Leitariegos en 1898”, de José Rodríguez Riesco, primer libro publicado por Tous pa Tous, la Sociedad Canguesa de Amantes del País. Se basa en un documento que ha permanecido inédito hasta ahora y que fue localizado por la bibliotecaria Sofía Díaz entre los fondos de la Comisión Provincial de Monumentos de Asturias. El presidente de Tous pa Tous, el cangués, Juaco López, tuvo acceso al texto hace cinco años se dio cuenta de que se trataba de un interesante documento que debía salir a la luz.El prólogo del libro ahora publicado corre a cargo de Francisco Rodríguez, presidente de Reny Picot y natural del pueblo de Trascastro. El empresario, que recordaba en el acto cómo su padre le contó que gracias al Marqués de Brañas pudo evitar ir a la guerra con Marruecos, ha sufragado íntegramente la edición del libro.

A la presentación asistieron vecinos del Puerto de Leitariegos y pueblos cercanos, el presidente de la parroquia, Jesús Matías; las concejalas del Ayuntamiento cangués Laura Álvarez, María del Carmen Riesco y María del Carmen López; y familiares del Marqués de Brañas, dos de las cuales, María del Mar Tablado y Yolanda Tablado, al finalizar el acto de presentación, interpretaron con pandeiros una vaqueirada en honor a su antepasado y en la que le agradecieron sus escritos “tan valiosos y preciados”.

La obra fue escrita por José Rodríguez Riesco (1868-1933), de Casa el Marqués, en Brañas de Arriba. En aquella época, ese núcleo era la capital del entonces concejo de Leitariegos. El Marqués de Brañas, como era conocido en la comarca, recibió el encargo de escribir un artículo sobre la historia y vida de este pequeño municipio para ser incluido en la obra ‘Asturias’, que dirigían en aquel entonces Octavio Bellmunt y Fermín Canella.

De ese texto, solo se publicó un pequeño resumen aunque el manuscrito original recogía gran cantidad de información de documentos que hoy están perdidos y es testimonio de la difícil vida en un concejo rural formado por cuatro pueblos situados entre los 805 y los 1.255 metros de altitud: Brañas de Arriba, Brañas de Abajo, El Puerto y Trascastro.

Precisamente la existencia del concejo está muy vinculada a uno de los aspectos que recoge el Marqués de Brañas en su escrito: el privilegio que otorgó a sus habitantes el rey Alfonso XI en 1326 para favorecer el asentamiento de una población que mantuviese abierto el paso por el puerto, importante ruta de comunicación con Castilla y Galicia. Cuenta la leyenda que la reina Urraca de Castilla, en su viaje hacia la costa, fue sorprendida por una intensa nevada y tuvo que alojarse con una de las familias de El Puerto. Agradecida por el trato recibido, que, explican, incluyó llevarla en brazos, “concedió para siempre a la familia y descendientes unas riquísimas y abundantes rentas para que nunca faltase alimento y se diese hospitalidad o albergue a los transeúntes”.

Los privilegios, entre los que se encontraban no hacer el servicio militar ni ir a la guerra o la exención del pago de impuestos, estuvieron vigentes hasta finales del siglo XIX. La construcción de la carretera La Espina-Ponferrada puso fin a la prerrogativa en tiempos de Isabel II. El trazado de la vía , que criticado por el Marqués de Brañas por dejar aislados algunos pueblos, y el fin de los privilegios serían determinantes para la desaparición del concejo como tal que fue integrado en el de Cangas del Narcea en 1.924.

En el libro no solo recoge la parte histórica. El Marqués de Brañas, que fue secretario del juzgado y del ayuntamiento de Leitariegos y maestro, recoge en el texto una extensa descripción del concejo y sus habitantes a finales del siglo XIX, con especial hincapié en la vida durante el invierno, las costumbres, bailes y fiestas e incluso algunos cantares populares.

Juaco López resaltó que José Rodríguez Riesco fue “un gran desconocido” y que, gracias a la familia que conserva en la casa que fuera del Marqués todos sus escritos y muchas de sus pertenencias, se pudieron acercar a la persona que describió como “inteligente, muy preocupada por su tierra y su familia, y gran defensor de los habitantes de Leitariegos”. Tanto es así que criticó a la diputación de Asturias por dejar desaparecer el privilegio del concejo, ya que era consciente de que ello “supondría la desaparición de los pueblos de la zona ” y no se equivocó, porque en 1.898 en los cuatro pueblos del concejo vivían 347 personas y hoy escasamente 60 y sin relevo generacional”.