CANGAS DEL NARCEA.- Se cumplió todo lo previsto en El Acebo
Como aseguraba aquel aldeano “nada se salió de la carril”. Y así trascurrió el día del Acebo como se define al 8 de septiembre en Cangas del Narcea y aunque en Asturias en general, y otros concejos en particular, cuenten con muchas otras denominaciones. Nuestro paisano Neto lo clavó en su chiste del día en El Comercio.
El sol vino a sumarse a los actos y ello permitió que fuesen muchos los romeros que hiciese la subida a pie hasta el alto en el que se ubica el Monasterio. Como siempre ocurre ha ya años, los coches ganaron la batalla hasta el punto de llegar algunos a plantearse si no habría más coches que visitantes.
Pronto comenzaron ocuparse los lugares “mejores” para las meriendas y las misas comenzar a sucederse una tras otra para permitir que los fieles no tuviesen problema alguno a la hora de cumplir el precepto y subir a besar el manto a la Virgen. Todo como la tradición manda y así viene sucediendo año tras año
“La salud es la principal petición que los fieles trasladan a la Virgen del Acebo y, a cambio, le ofrecen promesas como subir caminando hasta el santuario desde Cangas del Narcea”, nos contaban. Las otras peticiones, las más íntimas quedan en el secreto y la creencia de cada corazón.
Por otra parte son muchos también los cangueses de la emigración que aprovechan esta fiesta para regresar a casa y cumplir con la tradición. De Madrid, Toledo, Oviedo, Salamanca y otros lugares acudieron ayer peregrinos con su s mochilas llenas de fe, tradición, costumbres o simplemente festivas. Como ocurre en casi todas las romerías sean del carecer que sean.
Y así lo vio el párroco, Jesús Bayón, que en su homilía hizo referencia al ejemplo que han dejado las generaciones pasadas en el santuario. “No venían solo a merendar, venían hasta de rodillas y ese es el testimonio que recibisteis desde pequeños y por eso este es el lugar donde confluye toda la comarca”, subrayó.
Además de los fieles asistentes a misas y procesión, ésta estuvo conformada por varios grupos de baile y de música tradicional que ofrecieron varias actuaciones ante la imagen de la Virgen.
Después de la ceremonia religiosa llegó el momento de compartir mesa y mantel con familiares y amigos; tortilla de patata, empanadas, lacón, jamón, chosco, chorizos, lomo, andollas, filetes empanados y sin empanar, barbacoas…. Todo un muestrario de la gastronomía de la comarca con el gocho como rey y señor de la misma, para culminar con toda una batería de postres caseros, vinos y chupitos.
Como debe de ser.