Acaba conmigo; la tu fia acaba conmigo; ahora diz qu´ el buelo era machista

Acaba conmigo; la tu fia acaba conmigo; ahora diz qu´ el buelo era machista

-¡Acaba conmigo! La tu fia acaba conmigo!

Manula entró alterada en la cocina sentándose de golpe en el escaño

-¿Ya habéis reñido otra vez?, contesto Eladia displicente volviéndose ligeramente hacia su madre sin dejar por ello de revolver con un cucharón en la pota que hervía impetuosa en la cocina de carbón.

-¡Ya por lo mismo! ¡El cielo! ¡El cielo tengo ganao y bien ganao con  ella! ¡Virgen Santísima del Remedio!. La he dicho algo de ese pantalón lleno de rotos que se empeñaba en ponerse, porque dice es moderno, y me ha llamado reprimida, obnosequé, y llena de pre…prejocios o nosequé machistas, Le dije que yo de machista nada, que había sido mu decente y solo había salido con el mi Manuel, el su buelo. Que tuviera cuidao ella no fuese a resulta que la machista era ella. ¿Ya sabes lo que pasó? Echose a reír como una loca ya llamome antigua e ignorante. Menos mal que luego la arregló, ya sé yo que n`el fondo ye buena nena, Ya diome un gran abrazo mientras se seguía riendo.

-¿Entonces ficisteis las paces no?

-Bueno, bueno…Empeñóse  n`explicarme que tu ya yo éramos de una generación oprimida, subnosequé, o sea que habían mandado siempre los homes ya nosotras ni chistar. Ya que a ti también te pasa ahora. Que estamos dominaitas por..por.. el patri.. el patriarcado, eso es. Ya cuando le dije que aquí n´el pueblo nunca había habido patriarcas, que eso era cosa de los gitanos, púsose otra vez como endemoniá. ¡Ye que nun doy crédito fía! Empeñose en que el tu pá y el tu Ramón, su patri…, son patriarcas de esos. ¡Matala ye poco!

-No te hagas mala sangre, Ta en la edad de esas cosas, ya del feminismo ya eso.

-Bueno ta, si. Entiéndolo, pero decir que el mi pobrecito Manuel era un machista, eso no tien perdón de Dios.  El pubretín mío nun daba un paso sin que yo ya lo supiese. O dímelo tú. ¿Cómo me habeis nombrao a mí siempre na casa?

-El ama, madre, tú siempre ha sido el ama. Y antes la tu má

-¿Ya oiste tú d´alguna vez que al tu padre dixeranle el amo?

-Nunca ma, nunca.

-Pues ahí lo tienes. Si el ama era yo, y así lo reconocíais todos, el no podía ser el que mandase y nos .. esclavi.. eso, lo que fuera. ¿Machista el mi Manuel! ¡Prubetín!

-Mira en eso tengo darte la razón. Él siempre pedía permiso para todo. Hasta nosotros nos dábamos cuenta de que aparentaba ser él que hacía y decidía, pero hasta, disimuladamente eso sí, te pedía permiso para ver cuánto podía bajar en el precio de los terneros en la feria. Bueno, y acúrdame también de la coletilla:

-¿Podemos facer esto, pá? ¿Podemos d´ir a la fuente pa? ¿Por qué no hacemos mañana arroz pa…? Ya él siempre igual: El ama , eso pregúntaselo al ama.., el ama, el ama…

-Díjeselo bien ya clarito. Pues la tu fia nun lo entiende. Que no, que tábamos dominás, ya que solo facíamos los que el paisanu decía. Ya muchas más que nos, ho: Dice ya perjura que éramos esclavas. ¡Como los negros de las películas fíjate tú!.

Ya va y me dice: Si el buelo daba con el vaso n´a mesa, ya enseguida a llenárselo, ya llenarle el plato, ya preguntarle si quier esto o si quier lo otro, ya prepararle la ropa… ya comprársela. Ya por más que la repetía que yo facíalo por gusto ya por darle gusto a él, ella endemoniábase ya venga dale.

-¡Machistas eran y son todos unos machistas!, ¡ya vosotras unas oprimidas de esas! Ya no solo nosotras, decía  que ¡éramoslo toas las del pueblo! ¡Virgen santísima! ¡Ya de nos pobres!

-¿Y qué está haciendo ahora la nena, ma?

-Pues poniéndose los jodíos pantalones esos rotos ya dirse pa Cangas. Ya dice que van a reunirse pa protestar contra el machismo. Vamos, entiendo yo que contra el su buelo y el su pa. ¡Santinos!. ¡Ya podrían ser los de ahora como ellos! Creíanse que mandaban ya eran felices, al final terminaban faciendo lo que queríamos, aunque ellos  creían lo contrario Les dejabas el su vinín, la sua partida n´el chigre, cuatro cosiquines ya tan felices. Si no les incordiabes mucho siempre facíamos los que nos queríamos. A ver si ellas tan feministas ya tan reivindi…eso, lo logran. Bla, bla, bla, ya son muito más torpes que a nos.

 ¡Virgen Santa del Remedio!, ¡Pero que moceá tenemos!

Se rieron madre hija.

-Voy darla diez euros que acabo de cobrar la paga ya seguro que nun tién un rial. ¡Machista el mi Manuel! ¡Machista el su buelo! ¡Mala centellas le coman!

Salió remungando camino del comedor en busca de la nieta mientras Eladia sonreía abiertamente y seguía removiendo el contenido de la pota.

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R. Mera