POLA DE ALLANDE dedicó un día muy especial al recuerdo de sus emigrantes
Pola de Allande volvió el pasado sábado a revivir uno de los elementos que la caracterizan como pueblo: el de la emigración

Precisamente por ello, el Día del Emigrante es una fecha especialmente emotiva para el concejo, los vecinos de la villa y también para los visitantes abarrotaron la capital del conejo allandés. «Ha sido un exitazo», resumía la celebración el teniente de alcalde, Aniceto Álvarez «Tito«, éxito al que también contribuyó el buen tiempo.
El programa comenzó con una misa en honor al emigrante, con especial mención en esta edición a Puerto Rico, tierra a la que emigraron muchos allandeses. El pasacalles de la banda de gaitas Ciudad de Oviedo guio a los participantes hasta el monumento al emigrante donde tuvo lugar la ofrenda floral, uno de los momentos «más especiales y emotivos».
Así lo sentían los allandeses: «Es un momento emocionante porque casi todas las familias tienen gente que se tuvo que marchar, unos murieron allí y otros, por diversas circunstancias, no pueden venir». El momento cumbre llegó al colocar una cesta de hortensias junto al monumento mientras suena el «Asturias, patria querida» que interpretó la Banda de Gaitas de Oviedo.

«Este año fue como ningún otro, hubo mucha gente y el día estuvo precioso», apunta el concejal Rodríguez sobre una fiesta que cada año gana más adeptos. También cuenta con muchos visitantes. «Vienen autocares llenos a disfrutar de la fiesta».
Tras la ofrenda floral, la actividad se trasladó al parque donde tuvo lugar la comida en la calle y el concierto de Pipo Prendes. La música de la tarde corrió a cargo de Mónica Fernández & Marlene Acordeonista. La celebración también contó con un mercado de productos artesanos y el desfile de coches clásicos, que llamó especialmente la atención a los asistentes.