Abuelos: Orgullo y pasión

Por intuición, por vida, sabíamos desde hace mucho tiempo que los abuelos que ejercen de tales, sin obligaciones marcadas, viven más años, tienen mayor agilidad cerebral y, muy especialmente, son mucho más felices. Pues eso que ya conocíamos por el desarrollo de la vida misma ha quedado ahora demostrado por unos estudios realizados al efecto por el Centro de Actividad Física y Envejecimiento de la Universidad Estatal de Wichita en los EEUU.

Los nietos provocan muchos cambios en el ser y sentir de los abuelos. Logran que éstos vuelvan a la infancia y llenan la vida de unos y otros, abuelos y nietos, con los juegos de entonces o canciones ya casi olvidas que resucitan milagrosamente  e incluso son capaces de poner en escena  las payasadas de ahora y de antes.

Seguro que más de una vez hemos oído decir del abuelo

-Está haciendo cosas que nunca hizo con sus hijos: les pasea, les da de comer, les aguanta lo indecible e incluso está dispuesto a cambiar los pañales. ¡Nunca lo hubiera creído!

La actividad afectiva la ponen los niños con sus traspiés, sus gorgoritos, balbuceos y medias palabras, sus gestos y sus muestras de amor inocente y auténtico. Y todo ello pone en funcionamiento la producción de oxitocina (la hormona de la felicidad). Y ello es aún más notorio cuando el abuelo o la abuela percibe en el nieto un gesto, una mueca, un movimiento que le recuerda a su padre o madre. Y entonces la felicidad es plena y completa.  Los eslabones de  la vida  familiar siguen fijando en la cadena de la continuidad la esencia que la define.

Sabíamos por experiencia  de la influencia de los nietos sobre los abuelos y viceversa. Ahora hay pruebas científicas. Cuando el cuidarlos no es obligatorio y por ello puede convertirse en agobiante, los nietos proporcionan una sensación especial, una satisfacción personal, estímulos, ganas de vivir, de compartir, de regalar cariño a raudales.

Enseñar, ayudar, jugar, compartir, son placeres de los abuelos. Liberados de la responsabilidad educativa de la prole, los abuelos son transgresores natos, “ya los educarán los padres”, se dicen. Y transgreden las normas en comidas, en juegos o en compartimientos. Y lo hacen simplemente porque son los abuelos. Los que cuidan y, simultáneamente, se divierten con ellos; les regalan un mejor desarrollo cognitivo, un bienestar emocional. Los abuelos trasmiten a los nietos valores tradicionales, sabiduría de la vida, historia de la familia, de sus pueblos de procedencia, de sus gentes y de cómo eran sus cosas y sus pensamientos, sus haceres diarios e incluso actúan de árbitros entre sus hijos y sus nietos cuando surgen las diferencias entre ellos.

Hay algo de lo que estoy más que convencido: los abuelos enriquecen el vocabulario de los niños con expresiones casi olvidadas, incluso expresiones propias de la familia o del pueblo de procedencia; en consecuencia hechos y definiciones de la vida misma que a lo largo de los años han ido conformando la esencia de cada familia. Según una encuesta difundida por la empresa Lingokids, para los niños el estar con los abuelos es su tercera actividad preferida por detrás de recibir un regalo sorpresa o preparar un plan divertido con los amigos. Y los abuelos españoles (unos 8 millones) tenemos ventajas: El 35% se ocupa del cuidado de sus nietos frente al 15 o 13 % de los alemanes o franceses.

Los nietos curan la soledad, te acercan a tus hijos, te consideran alguien importante y especial, te guardan un sitio junto a ellos y te hacen sentirte útil.

Pero también sabíamos por la propia experiencia de la vida que no es igual la influencia de unos y otros abuelos. Amén del carácter y la forma de ser de cada cual siempre se ha dicho que en los hijos de las hijas influyen más los abuelos maternos que en los de los hijos. Y ahora, ya en pleno siglo XXI, se confirma por los expertos en el estudio al que hemos hecho referencia, que “se tira más de la abuela materna”. Y esos mismo expertos aseguran que sí  que hay diferencias entre los nietos de las hijas con los de los hijos.”La solidaridad intergeneracional entre mujeres es mayor”, señalan al respecto.

No ostente el ser abuelo es también agotador, pero los nietos te impulsan a hacer cosas nuevas. Y así son muchos los que, criados en otras épocas, con formas y métodos muy distintos, incluso a esconder su sentimientos, se enteran al llegar a esta categoría dónde está la cocina de cada casa los purés papillas o pañales en el Supermercado, e incluso se deciden a cambiar pañales, o hacer el payaso con los niños en una total desinhibición como ya hemos señalado.

-En mi vida le vi hacer nunca nada de eso con sus hijos, repiten las abuelas una y otra vez.

Y quienes no son abuelos de alguna forma quiere serlo, quizás porque buscan rejuvenecimiento o esa sacudida afectiva  que produce el ser abuelo y que les cuentan sus compañeros o vecinos que sí lo son. Tanto es así que hace unos años se fundó una web “Quiero un abuelo” que ha proporcionado a numerosos niños cincuenta abuelos postizos. Y unos y otros abuelos coinciden en señalar: “Envejecer sabiendo que tus nietos te quieren es un estímulo que a estas altura de la vida viene muy bien”

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R. Mera