CANGAS DEL NARCEA.- El monasterio de Corias despide a sus dos últimos frailes
Los dominicos se encontraban en el Suroccidente desde 1.860
El monasterio de Corias cierra sus puertas. Los dos últimos dominicos del monasterio de Cangas del Narcea se despidieron el pasado fin de semana del monasterio y de sus parroquias. La orden de predicadores ha decidido poner fin a su presencia en el Suroccidente donde se encontraba desde 1860. En 2002 ya habían vendido al principado de Asturias las instalaciones caurienses, reconvertidas ahora en un parador de turismo, dentro del que se mantenía una casa para dar cabida a los últimos religiosos.

Francisco Javier García, más conocido como «Pachi» en la comarca, llegó en 1965 para incorporarse como profesor al Instituto Laboral que la orden tenía en Corias. Era el único centro de enseñanza media que había por entonces en la zona. Cuando se cerró el instituto, sobre el 1980, llegó Emiliano Burgos, que venía de las misiones en Perú y que pronto pasaría a encargarse de algunas parroquias de la zona, las primeras de ellas situadas en Ibias.
Con esta marcha se cierra un importante capítulo de la historia de los dominicos en España, puesto que en Corias, en 1860, siete frailes comenzaron la restauración de la llamada «provincia dominicana de España», fundando en el monasterio –que hasta la desamortización de 1836 había sido benedictino– un colegio de misioneros. A partir del resurgir de este monasterio la orden fue recuperando otros por todo el país.
Ahora Emiliano Burgos se trasladará a León, al santuario de la Virgen del Camino, mientras que Francisco Javier García lo hará a la casa de los dominicos de Oviedo. Un traslado que para el primero es algo que ve «normal» y no le provoca «nostalgia», porque reconoce que les toca estar «a merced de la necesidad que surja y de lo que decida el prior provincial», Este dominico regentaba cinco parroquias en la comarca de Sierra y la de Santa Marina, todas en el concejo cangués en las que este fin de semana recibió unas fiestas de despedida.
Por su parte, a Francisco Javier García le resulta más difícil el cambio: «Desde el primer día que vine aquí, hace 60 años, me encontré muy a gusto con el ambiente, dando clases, después de tantos años lo tienes todo organizado, tienes amigos y conocidos.».
Pachi llegó como profesor del Instituto Laboral y luego se pasó a la enseñanza pública como profesor de Religión, y en la que permaneció hasta jubilarse. Esta labor la compaginó con la atención de varias parroquias como Corias, Cibea y Genestoso. De estas últimas fue párroco desde 1984 y el pasado sábado le rindieron un gran homenaje.
El domingo coincidió que los antiguos alumnos del Instituto de Corias que celebraron su encuentro anual que sirvió de despedida y agradecimiento a los dominicos.