CANGAS DEL NARCEA.- Los antiguos alumnos de Corias celebraron su, quizás, última reunión

El cierre del convento como tal condiciona la continuidad de la asociación

El pasado domingo antiguos alumnos de Corias celebraban su encuentro anual. En el mismo vinieron a coincidir con la despedida de los dos ´últimos fraile dominicos que en el monasterio, ahora parador continuaban. Por esta causa, el presidente de la Asociación José Manuel Cuervo señalaba:“Este es un año muy especial porque puede ser el último que vamos a disponer de esta iglesia en el formato que veníamos haciéndolo”. Esta asociación promueve la reunión anual que incluye una misa y posterior comida de hermandad. Cuervo reconoció que se trata de “un día triste” el conocer el fin de la comunidad de dominicos en Corias. “Crecimos vinculados a la comunidad de dominicos y quiero aprovechar para agradecerles el milagro que Corias supuso para esta comarca y para Asturias por su labor docente”, resaltó.

No en vano, los antiguos alumnos guardan un buen recuerdo de su paso por el instituto laboral, sobre todo, de los conocimientos que adquirieron en él durante los siete años de internado que tenían que realizar. “Salíamos con una preparación muy buena, era un bachillerato laboral muy fuerte..

Y ahora, como ya he hecho en otras ocasiones, y en lo que a esta reunión respecta, cedo el teclado a Benjamín Galán, antiguo alumno:

“Con la marcha de las golondrinas, la llegada del veranillo de San Miguel y la presencia sensorial del aroma de los membrillos, también se presenta la fecha en la que los antiguos alumnos de los dominicos de Corias celebran su encuentro anual en el antiguo y monumental Convento de Corias, hoy parador nacional.

 Este año con algunas variantes pues, la fecha prefijada desde el origen, que es el último sábado de septiembre, en esta ocasión hubo que posponerlo para el domingo por exigencias de agenda del parador, pero tampoco nos supuso dicho cambio mucho trastorno pues, a la mayoría de nosotros cercanos a octogenarios, no se nos atrasa ningún cometido importante; tanto nos da celebrarlo en sábado como en domingo y si me apuráis un poco, diría que hasta en martes.

La principal contrariedad, que nos dejó perplejos a la mayoría, nos la proporcionó y bien a su pesar, nuestro propio presidente de la asociación, al tener que comunicarnos que la celebración con el formato actual, en cuanto a poder disponer del uso de la iglesia para la celebración de la misa por uno de los dos frailes que nos quedan, antiguos profesores, se nos acabó. Los pocos dominicos que vivían en esta reducida comunidad religiosa, dada su edad, han sido enviados a Oviedo y León ya como jubilados y esto se cierra. No sé si a partir de ahora esta parte del monasterio que mantenían la propiedad los PP. Dominicos, al menos por un determinado período de tiempo, sometido a caducidad y parece que ya está a punto de cumplirse el plazo, será competencia de la Orden, del Obispado o del Principado. Lo que sí está claro es que los antiguos alumnos de Corias, a partir de esta fecha, sí deben migrar a nuevo emplazamiento, al menos, para el acto religioso tal como veníamos haciendo hasta el momento. Para la parte gastronómica no hay problema pues, el parador que es el lugar indicado y el que a todos más nos gusta, qué más quiere que tener buenos clientes y cuánto más numeroso sea el grupo mejor. Este año nos reunimos del orden de sesenta entre antiguos alumnos y sus familias. En la sobremesa del convite se propuso el aportar nuevas ideas sobre el rumbo a tomar a partir de ahora y no hubo aportaciones viables y convincentes. También se baraja la posibilidad, no deseada, de dejarlo extinguirse, ya que, todo tiene su fin, incluidos nosotros, y este ameno y querido encuentro no iba a ser diferente. De todas formas, tenemos por delante un año para alumbrar alguna idea que haga posible que esto no se acabe, ya que, la intención de la mayoría de nosotros es seguir asistiendo hasta el último momento en el que ya no haya nadie de los incondicionales con capacidad física para desplazarse a Corias. Veremos a ver si podemos cumplirlo. Pero al menos, que por falta de ganas no sea. La foto de familia conviene conservarla a buen recaudo pues, tiene todos los visos de ser la última. ¡Ánimo a todos y hasta el último sábado de septiembre de 2026 en Corias!

Pues gracias a Benjamín por su texto

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R. Mera