Ha llegado el otoño

Poco a poco, sibilino, deslizándose montaña abajo hasta pueblos y villas nos ha llegado el otoño, como cada año, como cada siglo, como lo vienen haciendo las distintas estaciones desde que el mundo es mundo. Bueno, ahora nos dicen también que ya no hay estaciones, que solo tenemos invierno y verano. Puede que sí, puede que no, todo esto es muy relativo. Y también subjetivo, la percepción depende también del sentir y ser de cada cual. Sí sé que en estas nuestras Asturias, la primavera y el otoño pasan un tanto desapercibidos; podemos pasar en un par de días de tener cerca de treinta grados en Cangas villa y dos diez después nieve en Leitariegos o en Vallao. Si me constan también, por haberlas vivido, las primaveras cacereñas o los otoños de múltiple colores y matices de Madrid, aquellos otoños pintados por Goya o Velázquez, lo que luego se llamó “.os cielos velazqueños de Madrid”.

Sea lo que fuere o como cada cual lo haya sentido, el caso es que el pasado lunes, día 22,  entraba  oficialmente el otoño, concretamente a las 20.19 horas. Hablamos del otoño meteorológico, digamos el oficial. Pero el real llega a su aire, sin corsés ni convenios nacionales o internacionales, ni acuerdo alguno de unos y otros o de otros y unos. Como hemos dicho al principio llega dejándose caer sibilino, cambiando aires, percepciones y sensaciones. Ya en el fin de semana de los días 20 y 21 la estación se dejó notar cuando  las nubes y la lluvia hacían su aparición en el cielo asturiano.

Han salido ya del armario rebecas, chaquetas y cazadoras. El silencio se ha ido apoderando de caleyas y caminos en los pueblos, huérfanos de nuevo de voces de niños, motores de coches o motos, o el ir y venir de veraneantes oriundos. Me dicen que hasta se han perdido los ladridos, tan solo suenan en verano con la presencia de  las mascotas de los que llegan.

Por contra las calles de la villa han comenzado a llenarse vida cada mañana. Se ha rescatados las olvidas mochilas y carteras, lo estuches de lápices y las cajas de pintura olvidaos en el largo verano. Han vuelto los horarios, el madrugar, las para unos odiadas y para otros añoradas rutinas que nos acercan al invierno. Los molestos deberes y las restricciones a móviles y programas de televisión para los más pequeños y los trabajos y quehaceres para los mayores. Han vuelto, están volviendo, las para unos odiadas y para otros añoradas rutinas.

El otoño de este  2025 en España se prevé más cálido y seco de lo habitual, con temperaturas superiores a la media en todo el país y baja probabilidad de lluvias abundantes, especialmente en el oeste, el centro peninsular y las Canarias. Sin embargo, no se descartan episodios de lluvias torrenciales en el Mediterráneo debido a la posible formación de DANAs) y la influencia del calor residual del mar.                                                                                                  

Sin que sirve de precedente colocaré aquí la locución de moda y repetida hasta la nausea: Es lo que hay.

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R. Mera