SUROCCIDENTE.- El Gobierno del Principado aprueba ayudas por valor de 358.590 euros a 133 explotaciones afectadas por los incendios

El Gobierno del Principado ha aprobado ayudas directas por valor de 358.590 euros destinadas a 133 explotaciones ganaderas afectadas indirectamente por la pasada ola de incendios. La medida, tramitada sin convocatoria pública para agilizar los plazos, pretende compensar la pérdida de pastos comunales y privados, esenciales para la alimentación del ganado, y «garantizar la continuidad de las explotaciones más castigadas por los fuegos que arrasaron amplias zonas del occidente asturiano».
El Ejecutivo sostiene que estas ayudas forman parte de un paquete de actuaciones destinado a «restaurar la normalidad en las áreas dañadas por los incendios». Las ayudas se complementan con obras de protección en Genestoso (Cangas del Narcea), una localidad muy amenazada por las llamas y en cuyo entorno se produjeron daños que podrían afectar a viviendas. Se trata de una actuación presupuestada en más de 815.000 euros.
Según explicó el consejero de Medio Rural y Política Agraria, Marcelino Marcos Líndez, las ayudas a las ganaderías “buscan dar una respuesta rápida y eficaz a los profesionales del campo” y supone “un paso más en la reparación de los daños provocados por unos fuegos de una magnitud sin precedentes en el noroccidente asturiano”.
Las ayudas se han fijado en 100 euros por unidad de ganado mayor, con el objetivo de facilitar la compra de forraje que sustituya los pastos destruidos por el fuego. El cálculo se ha realizado en función de las certificaciones oficiales de los ayuntamientos y de los propios registros del Principado, sin necesidad de que los afectados presenten solicitudes. Con este procedimiento, el Gobierno pretende reducir al mínimo los trámites administrativos y garantizar la rapidez en el pago a las explotaciones damnificadas.
Los incendios dañaron 89 pastizales públicos, 41 privados y cinco mixtos
Las estimaciones de la Consejería reflejan que los incendios dañaron 89 pastizales públicos, 41 privados y cinco mixtos, lo que ha generado graves desequilibrios en la disponibilidad de alimento para el ganado y ha puesto en riesgo la viabilidad económica de numerosas explotaciones familiares. Marcos destacó que el Ejecutivo “ha actuado con la máxima agilidad posible” y que estas ayudas “se enmarcan en el reglamento de la Unión Europea que declara compatibles con el mercado interior las ayudas destinadas a reparar perjuicios causados por desastres naturales”.
La autorización del pago, subrayó el consejero, «reafirma el compromiso del Gobierno de Asturias con el medio rural y con quienes sostienen la actividad ganadera, fundamental para el equilibrio territorial y la preservación del paisaje”. El Principado prevé continuar evaluando los daños en colaboración con los municipios para determinar otras posibles líneas de apoyo.
Genestoso
El Consejo de Gobierno también analizó el informe sobre la adjudicación de las obras de protección en Genestoso, en Cangas del Narcea, gravemente afectada por los incendios forestales del verano. Los trabajos, valorados en 815.219 euros, consisten en la instalación de una barrera flexible de contención destinada a proteger las viviendas y las infraestructuras locales frente a posibles desprendimientos de rocas.
El incendio del 12 de agosto calcinó cerca de 989 hectáreas de terreno en Genestoso
El incendio declarado el 12 de agosto calcinó cerca de 989 hectáreas de terreno, incluidas las laderas de fuerte pendiente que rodean el núcleo rural. La pérdida de vegetación y la existencia de grandes bloques de piedra suelta aumentaron el riesgo de deslizamientos, especialmente en la ladera norte del monte, una zona donde las condiciones geológicas complican la estabilidad del terreno.
Ante esta situación, la Consejería de Medio Rural decidió tramitar el proyecto con carácter de emergencia, dada la “urgencia evidente para la seguridad de la población”. Los trabajos se han iniciado tras la elaboración de una memoria técnica detallada y un estudio topográfico realizado con dron, que permitió identificar las áreas más inestables y calcular la dimensión y el peso de las rocas con riesgo de caída. A partir de esos datos se definieron los tramos de mayor vulnerabilidad y el tipo de barrera más adecuado, que alcanzará 325 metros de longitud.
