SUROCCIDENTE.- Ganaderos contra el oso

Sin haber resuelto los daños que el lobo genera en la cabaña ganadera asturiana, que ha llevado al límite a los profesionales del sector, las organizaciones agrarias preparan ahora un nuevo frente común contra otro significado “enemigo”: el oso.
La especie está considerada “en peligro de extinción” y desde 1990 forma parte del Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada del Principado de Asturias. Un estatus que, quizás, toque revisar cuando se haga el nuevo censo (este año o el próximo a más tardar), ya que es un hecho que el estado de la población de oso pardo cantábrico ha mejorado considerablemente en los últimos 30 años, eso sí gracias a un trabajo colectivo (administraciones públicas, grupos ambientalistas, ganaderos) que ha servido para proteger su hábitat, arrinconar el furtivismo y afianzar la aceptación social de la especie.
El último contador cifró en 370 ejemplares los que componen la población en la totalidad de la Cordillera Cantábrica, según las cifras que maneja la Consejería de Medio Rural: 250 en la parte occidental y 120, en la oriental. Del total, Asturias aglutinaría el 35%, más de 130 ejemplares. Somiedo, Cangas del Narcea y Proaza son los que más plantígrados tienen por su territorio.
Pero esta mejoría de la población osera que todo el mundo celebra tiene también su parte negativa: la presión de la especie sobre las personas y los animales domésticos. De unos años para acá son constantes las quejas, alertas y denuncias van al alza entre los ganaderos que hablan de ataques de osos a sus reses, o de su presencia cada vez más cerca de los pueblos en busca de comida. Todo ello sin olvidar que cada vez resulta más fácil ver un oso, algo que hace 20 años se consideraba un lujo o extravagancia. El turismo de avistamiento de fauna salvaje es una actividad creciente en la región. Y también aumentan las ocasiones en que la gente se encuentra por sorpresa con osos por las carreteras que atraviesan parajes naturales.
Hace unas fechas, ganaderas de más de una docena de asociaciones agro ganaderas se concentraban en el occidente para denunciar “la situación límite” que los profesionales sufren por los consabidos ataques del lobo, pero también del oso, la primera vez que aparece mencionado de forma tan contundente y clara.
Este frente común está encabezado por Unión Rural Asturiana (Ura), liderada por Borja Fernández y muy activa en los últimos años y cuenta entre sus integrantes con Coag, Promiel, y prácticamente todas las asociaciones de razas autóctonas del Principado como Aseamo, Cabra Bermeya, Oveya Xalda, Gochu Asturcelta, Asturcón, Hispano Bretón, Criadores en Ecológico, Ascol y Parda de la Montaña.




