Yo no soy tonto… ¿y usted?

De Rubalcaba y Rajoy a los íberos


Y no soy tonto, ¿y usted?,… seguro que tampoco. Pues pese a ello, nuestros políticos están empeñados en que sí, en que todos somos tontos, o memos, que tanto me da.

Estoy hasta los mismísimos pedúnculos florales (que es una forma fina de definir en la prensa radiada o escrita los atributos que distinguen a los machos en el reino animal), pues hasta ahí, digo, de que los políticos se dirijan a nosotros perdonándonos nuestra pocas luces y contándonos cuentiquinos de engañabobos convencidísimos de que los culpables de cuanto malo está aconteciendo, que es todo, son siempre los otros o… incluso nosotros.
En estos días en que se hallan enredados en cuentas y números, y digo enredados porque es lo único que hacen, querer enredarnos; llega el señor Rubalcaba y dice que no, que lo que hace el gobierno es tan malo que acabará con todos nosotros. ¿Y usted qué haría pregunta el periodista?.
– Lo que ellos hacen no, nosotros sí sabemos lo que hay que hacer, contesta rotundo.
Y se enreda a relatarnos con múltiples giros didácticos la vida de San Juan Nepumoceno en doscientos capítulos.
¡Carajo!, pienso yo, ¿y porqué no haría lo que dice que hay que hacer cuando mandaba. Tiempo ha tenido, lleva en política por lo menos desde el bautizo de Manuel Azaña.

Luego llegan los del otro lado, los del gobierno, y se ponen a hacer todo lo que dijeron no iban nunca a poner en práctica.
-Es que nos encontramos con una situación caótica, con el país en la ruina. Nos mintieron los socialistas, argumentan
Y un destacado dirigente de éstos contesta sin tan siquiera sonrojarse ligeramente:
-“Bueno, cuando les mentíamos ustedes ya sabían que les mentíamos y por lo tanto no había tal mentira”.

¡Tóma nísperos en caldeiro caliente Juan Ramón!.

Y nosotros seguimos poniendo cara de memos cual si nos hablaran en arameo. Y la mala follá, que diría un gaditano, amenaza con ahogarnos si no damos pronto una gran berrida cual venado en celo. Y dice poniendo cara de catedrático sin plaza el politiqueiro:
-Tomamos estas dolorosas decisiones en contra de nuestras ideas: la culpa es de la herencia recibida, es del gobierno del señor Zapatero que no hizo las cosas bien, bueno no hizo nada.
-Ni hablar, fue de Aznar, él que sí que dejo una herencia envenenada, dice el otro
-Manipulación, contesta el de turno, fue González el culpable, él y su política con los GAL.
-¡González fue el mejor presidente de la transición!, grita indignado un diputado que debió de llegar de Transilvania. Suárez sí que dejó una herencia envenenada.
-¿Suárez?. Ese sí que fue un presidente. El culpable fue Franco, argumenta el de más allá
-Sí claro, si no hubiese sido por lo que le dejaron los presidentes de la república, dicen en la réplica
…. Y así siguieron hasta los suevos, vándalos y alanos

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R. Mera

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