Pequeñas historias del ayer: La Cruz de los Santos

Muchos de vosotros, sobre todo los más jóvenes, quizá penséis que la Cruz de los Santos ha estado ahí siempre. Ni mucho menos.
Sin mucha precisión de fechas voy a contaros someramente como se llegó a ello basándome en la tradición oral conseguida, que no es mucha. Como comprenderéis, el que se colocase un monolito con una cruz en las afueras del pueblo no era precisamente un dato para ser recogido en los cronicones de la historia y mucho menos en la prensa regional que quizás, o sin quizás, no tendría ni referencia de lo que ocurría en Berzocana o cualquier otro pueblo de la comarca.

La actual estructura del pequeño monumento que nos apunta el lugar en que teóricamente se encontraron los restos de los hermanos Fulgencio y Florentina es totalmente moderna. Se ha estructurado sobre otra anterior inaugurada en Agosto de 1.959. Anteriormente solo existía la columna, de unos tres metros de altura, coronada por la cruz con el escudo papal y la fecha de 1.223, y situada unos metros más arriba de donde se halla actualmente. No se encontraba en muy buen estado y casi siempre, al menos hasta su mitad, estaba cubierta por la maleza. El malestar por esta situación comenzó a dejarse sentir entre la Cofradía de los Santos y fue su entonces mayordomo, D. Fernando Collado, el maestro, quien comenzó la campaña para colocar la columna en un lugar digno. Aunque ahora lo parezca no era tarea fácil, eran unos años económicamente muy difíciles y la moneda no es que fuese abundante. Si mal llegaba para comer y malvestir, pocos dispendios podían hacerse para monumentos. Don Fernando no cejó en su empeño y pronto se vio respaldado por el entonces párroco D. José Álvarez Luís y el resto de la Cofradía de los Santos. Se hizo una pequeña base escalonada para la columna unos metros más abajo de donde se encontraba, se despejaron los alrededores, y se cerró el espacio con un pequeño muro de ladrillo posteriormente encalado, el recinto se cerró con una pequeña verja de hierro.
El humilde monumento fue inaugurado con toda solemnidad y todos los que en el mismo participaron se fotografiaron para dejar testimonio de lo que se hizo.
En la foto que aquí se publica aparecen, entre otros, el párroco D. José Álvarez Luís; el coadjutor, D. Matías Alonso Hurtado; el mayordomo D. Fernando Collado Cortijo; Juan Luís Rodríguez Sánchez, sacristán, y los cofrades: Miguel González, Quico Obispo, Florián, Vicente Beltoldo, José Luis Rebollo y otros.
Sin embargo, la primera señalización del lugar de la que tengo constancia es de una pequeña cruz de hierro que se encontraba también más arriba de la actual, cerca de la pared que aparece detrás del recinto cerrado en la foto en blanco y negro. Un buen día faltó la cruz y entonces, allá por los años treinta, se comentó mucho por el pueblo que se encontraba en el cementerio. Los dimes y diretes aseguraban que tío Fanegas la había llevado allí y la había colocado en la sepultura de un hijo mozo que se le había muerto. No podía costearse cruz alguna y optó por coger la creyó abandonada en el campo.
Como suele suceder en estos casos, y pasados ya tantos años, no he podio comprobar la veracidad del hecho. Desde sus 90 años mi madre asegura que no sabe si fue así o no, ni si se devolvió la cruz, pero que mucho después, siendo ella moza, aún se hablaba de ello en el pueblo.
También apuntan las crónicas recogidas en 1.592 que incluso se quiso llevar el pueblo un poco más arriba de donde se halla y se hallaba pero se encontraron con que: “cuando hallaron las dichas reliquias quisieron edificar esta villa un poco más arriba que es un lugar fragoso donde las dichas reliquias aparecieron y por temor de bívoras… poblada de sabandijas ponzoñosas… situaron la dicha villa más abajo en la iglesia parroquial en la cual están las dichas reliquias”. Al año siguiente también se señala que el hallazgo tuvo lugar “en una braña y montaña espesa, ¿al sopié? de estos Berruecos en una parte que… desde entonces se llama los pastos de la Cofradía… a esta parte de la Villuerca y Berruecos…”.
Precisamente en el lugar que se llama el “Olivar de Los Santos”, al lado de donde se halla ubicada la cruz, se halla la comúnmente conocida como la “Oliva de Los Santos”, de fecundo vitalismo, donde la tradición señala que fue hallado el sarcófago.

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R. Mera

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