ESCRACHEAR

ABC-escrache
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 Qué ¿ nos vamos esta tarde de escracheo?. La citada palabrita la utilizó no ha muchas fechas un tertuliano y se expandió como petróleo en agua. Escrache, es acoso y coacción. La palabra, de origen argentino, es solo un eufemismo para camuflar  la realidad como se ha venido haciendo desde la época del buenismo zapateril con otras tantas. El castellano es tan rico que no hay por qué usar préstamos de otras latitudes. Un escrache es un “toca pelotas”, dicho en fino, aunque yo me acuerdo más del caballo de Espartero y sus atributos. Los escraches no son sino  asaltantes, acosadores, intimidadores. Un ejercicio de gamberrismo en cuadrilla, de crítica convertida en gamberrismo, en persecución y acoso.

El ‘escrache’ surge en Argentina durante los años más duros de la dictadura, aunque cobra carta de naturaleza a mediados de la década de los 90. Consistía en la protesta pa-cí-fi-ca frente a las casas de exaltos cargos del régimen militar a los que el pueblo consideraba responsables de los abusos y las desapariciones de miles de ciudadanos y que habían sido indultados por el gobierno de Carlos Menem. Fue muy frecuente en la capital, Buenos Aires. Pero su eclosión, y su degeneración, se produjo en los tiempos del célebre “corralito”  en 2001. A partir de marzo del 2013 este término está siendo empleado, repetida y masivamente, en España, por los medios de comunicación, tertulianos de radio y  café, y correveidiles de esquina y plazoleta, para definir las protestas de acción directa de la  Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Procede el verbo escrachar. En francés es el verbo cracher, antiguo cra-ché, “escupir”, o “crachar” del latín sputāre, que en sentido lato significa “afrentar”, “hacer burla y escarnio”, “injuriar”, derivado del gesto ancestral de escupir al rostro de alguien. La derivación inglesa procede de to scratch que significa raspar, arañar, rascar. La versión italiana dice que proviene de scaracio: escupitajo.

Este tipo de fenómenos surgen siempre desde una supuesta superioridad moral. Quienes los practican se arrogan la representatividad del conjunto de la voluntad popular, y lo hacen por encima incluso de la legalidad vigente cuando consideran que ésta es injusta. Normas legales pero injustas…, dicen: la justificación inmediatamente anterior a saltarse los mecanismos del Estado de Derecho y a tomarse la justicia por propia mano.

Y como curiosidad les diré que en la materia Política y Ciudadanía, de la escuela secundaria de la provincia de Buenos Aires, lugar de origen de la acción, se incluye al escrache dentro de los temas de estudio  para que el alumno sepa  que el escrache se usa para amedrentar, para quitar libertad o como forma de intolerancia, prejuicio o discriminación,  y es uno de los males de la sociedad. Los alumnos deben reflexionar y sacar conclusiones para entender que los conflictos se resuelven en la Justicia y no con un escrache.

Comentario adaptado del emitido en Onda Cero Cangas del Narcea, el lunes día 15

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R. Mera

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