CANGAS DEL NARCEA. No corran por el monte, pueden terminar con la flora, la fauna, y hasta las pendientes. FAPAS dixit.

Dicho en fino: “El caso es tocar los pedúnculos florales al personal”. Dejo la traducción al lenguaje de calle a cada uno de ustedes pues estoy convencido lo harán con total precisión y rotundidad. En caso de alguna duda, que lo dudo; seguro que nuestro paisano y amigo Marcos Verano podrá hacer de intérprete exacto  de la expresión señalada.

moal jpg El caso es que el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) se ha dirigido a la Consejería de Agroganadería para que el Gobierno del Principado no autorice la celebración de actividades deportistas masivas que discurren por terrenos de alto valor ecológico. Toma nísperos. De nuevo los ecologistas de salón dando lecciones a los habitantes de las aldeas que durante siglos han vivo del y con el monte que, precisamente por eso, se ha conservado.

En su escrito a la consejera, la organización conservacionista ha argumentado la necesidad de que este tipo de pruebas deportivas requieran el visto bueno de estudios de impacto ambiental y de evaluaciones de estrategia ambiental. Más nísperos y algún pepino. Y ¡como no! más muchos más papeles, y más informes y más presencia de unas y otras organizaciones que, de alguna manera, tienen que justificar las subvenciones y así poder mantener a los trabajadores  de estas agrupaciones. Marcos Verano y otros cientos de aficionados que cada año acuden a Moal tendrán que correr sino con el carné si con los certificados de todas y cada una de las organizaciones ecologistas y de los gobierno nacionales, regionales, comarcales y locales entre los dientes y, además, todas ellas compulsadas y registradas por los funcionarios legalmente habilitados para ello

 FAPAS ha hecho llegar a la consejera de Agroganadería, la consideración de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada que, de acuerdo con el propio Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España, señalaba: “El desarrollo de carreras de montaña debe desestimarse en los espacios naturales protegidos más sensibles o en algunas zonas de aquellos otros espacios, donde sus condiciones de alto valor ambiental, elevada sensibilidad y fragilidad ecológica (flora, fauna o gea), así lo aconsejan”.

Esta conclusión, indica FAPAS, se extrae tras el estudio de las repercusiones negativas para los espacios protegidos de la celebración de este tipo de competiciones deportivas en atención, no solo a la afección a la fauna y flora, sino también a la erosión y perdida de cobertura vegetal en suelos especialmente sensibles con fuertes pendientes en terrenos sueltos. Pues nísperos otra vez.

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R. Mera

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