BERZOCANA.- Mi pueblo se ha llenado de gente, de animación, de coches y de niños. ¿Nuestros Santos?

Los Santos
Los Santos

¿Qué ha pasado en mi pueblo?. En estos días agosteños de largas siestas con sonar de chicharras y sueños de eras y acarreos, sus calles se han llenado de vida y bullicio. Incluso sus noche de gritos y carreras de niños como sucedía en mi niñez.

Han desaparecido de sus plazoletas los silencios invernales y no se escucha el sonar de tantos bastones que retratan vejez en sus calles vacías, ahora ocupadas por cientos de coches. ¿Qué ha pasado?

Calles vacíasSonó el clarín que anunció el abrir de los portones a los días de asueto y holganza y cientos de berzocaniegos de la emigración, sus hijos y sus nietos, acudieron a la real villa de sus orígenes llenándola de vida, de acción, de risas, de cantos, de bullicios, e incluso de fugaces esperanzas de futuro. Y digo fugaces por cuanto en cuando suenen de nuevo los clarines del fin de fiesta, todos volverán al bullicio capitalino y volverán a quedar las calles solitarias, y volverán a sonar los bastones de vejez, y no habrá cantos, ni risas, ni ruidos,  y se dejaran de oír los gritos de los niños en los anocheceres. Tan solo permanecerán los gatos dormitando tranquilos en cualquier esquina de una plazoleta al calor de los últimos rayos del verano.

Hemos llegado a la semana festiva por excelencia y se nota en las casas, en las calles, en las gentes y en la animación de las terrazas de los bares de la plaza, punto neurálgico y referencia continua de esta real villa. Incluso es capaz de que en un olivar de las Carretas la tierra parezca ofrecer vehículos en lugar de aceitunas o el pasto seco típico de la fechas. Son las Fiestas, así con mayúsculas, aunque no tengan grandes programas de actuaciones ni verbenas con orquestas a todo lujo.

Y estos hechos me han llevado a lo que quiero contarles. Veréis, en cualquier lugar del mundo si alguien hace referencia a “los santos” todos entienden que se refiere a la corte celestial que componen  junto a los ángeles todos aquellos fieles  que han alcanzado ese grado, la santidad, según determinación de la Iglesia Católica. Pero hay una excepción. En Berzocana, si alguien dice “los Santos” no se refiere a ese grupo que hemos señalado sino únicamente a dos: Fulgencio y Florentina cuyas reliquias se guardan en su magnífica iglesia y honor de los cuales se celebran las fiestas arriba citadas. Así pues, entienda el forastero que si un berzocaniego dice algo así como  “esto ha sido gracias a los Santos”, independientemente del lugar en que se encuentre,  se refiere únicamente a Fulgencio y Florentina.

Pero hay más. La gran mayoría no se limita únicamente a utilizar la expresión “los Santos” sino que dice “nuestros

Arca con las  reliquias
Arca con las reliquias

Santos” con lo cual determina un sentido inequívoco de posesión ante el foráneo y de complicidad con el paisano si es este el interlocutor. “Nuestros Santos” cierra un campo de posesión de ambas figuras que no admite discusión: Fulgencio y Florentina son los nuestros, únicamente nuestros; del resto de los que componen el santoral hagan la Iglesia y sus fieles lo que mejor les convenga que eso al berzocaniego no le preocupa mucho.

Sentada esta base, mis paisanos, en su mayoría, al posesivo añaden un calificativo y dicen “nuestros Santos benditos”. Es aquí donde este escribidor duda y no sabe muy bien que añade el adjetivo a la santidad. Creo que ha de referirse a su definición como “santo o bienaventurado” viniendo así a resaltar aquella en una especie de dos veces santos, aunque también podría referirse a “ persona buena y sencilla” a añadir a la santidad. Estamos pues en “nuestros santos benditos”.

El ramo llega a la iglesia
El ramo llega a la iglesia

Pero hay más. Son muchos los berzocaniegos, especialmente las mujeres, que para referirse a Fulgencio y Florentina utilizan la expresión “Nuestros Gloriosos Santos Benditos”, así con mayúsculas para que capten todo el contenido de posesión y orgullo del dicente al referirse a los patronos de la villa.

Y este factor de patronazgo añade el último matiz a esta cadena de expresiones.

 Al respecto recuerdo especialmente (uno no sabe nunca el porqué de estas cosas) a tía Pura, gran devota de los citados y a los que se refería muy a menudo. Era ésta una mujer de buena figura, de mucho garbo en al andar y en el decir y, según me contaban los mayores hace ya más de cincuenta años, en su juventud había roto muchos corazones por el contorno. Tocaba un pequeño acordeón de botones tanto en la procesión del Corpus, como ya he escrito en otras ocasiones, como en el  ofertorio de ese mismo día, en el de la Aparición (fecha en la que se conmemora el descubrimiento de las reliquias de Fulgencio y Florentina) o el del domingo de las fiestas de agosto. Durante muchos años la acompañaba a la guitarra mi abuelo Juan Luís Rodríguez, sastre y sacristán de la parroquia. En su repertorio figuraba una jota muy popular en aquel entonces cuya letra decía:

 Por tres perras chicas se sube al balcón

se come, se bebe, y se ve la función.

Y el que no las tiene, no sube al balcón,

ni come, ni bebe, ni bebe ni ve la función.

 Aclaremos a los más jóvenes que la moneda conocida como “perra chica” tenía un valor de cinco céntimos de peseta.(Algo así como 0,00030 €) Estaba también la “perra gorda” de mayor tamaño, que valía diez céntimos.

Retomemos el hilo y recuerden: “Los Santos”, “Nuestros Santos”, “Nuestros Santos Benditos” y “Nuestros Gloriosos Santos Benditos”. Pues bien, tía Pura solía a veces referirse a Fulgencio y Florentina como “Nuestros Gloriosos Santos Benditos nuestros Patronos”, con lo cual el circulo de definiciones quedaba completamente cerrado sin que ningún concepto definitorio quedara al azahar de una falsa interpretación.

Pues a ellos, a Nuestros Gloriosos Santos Benditos, estamos dedicando esta semana. Y el domingo, creyentes y no creyentes, los honraremos sonoramente con cohetes, repiques de campanas, misa y procesión solemnes, canto de las Coplas del Ramo, (en las que se relata la historia de su vida y su aparición,  Ofertorio en la plaza, buenas comidas, bullanga y terrazeos  diurnos y nocturnos.

Eso es lo que está pasando en mi pueblo en estos días y de lo que estoy siendo testigo en primera persona.

Aprovechando los últimos rayos del verano
Aprovechando los últimos rayos del verano

.Comparte en tus redes sociales
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on LinkedIn
Linkedin
Pin on Pinterest
Pinterest
Share on Tumblr
Tumblr

R. Mera

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.