BERZOCANA.- Fiestas,ausencias y “Nuestros Santos”

R.MERA. La procesión de domingo

En alguna ocasión oí decir a mi abuelo Juan Luis, a la sazón sacristán y organista, amén de sastre, que llegados a cierta edad a la procesión de los Santos del Domingo de las Fiestas eran más los que veías que no estaban realmente que los que de verdad estaban. Ahora que ya dejé atrás los setenta, llegada esta fecha, y mirando desde la distancia física y temporal, comprendo perfectamente el sentir de mi abuelo.

Y lo mismo se repetirá en la tarde cuando al son de los panderos llegue la ofrenda del ramo a los Santos. Una vuelta y otra vuelta

-¡Otros devotos y devotas!

Y llegan las familias y se acercan al ramo cogiéndose de sus hojas de hiedra, hojas que muchos se llevan a casa. Y con ellos, al igual que sucedió en la procesión mañanera, llegan aquellos que definitivamente se fueron, y los que se encuentra temporalmente fuera, en otras ciudades y territorios.

Y llega la música del Ofertorio en la Plaza. Y se llenan de bullicio joven las escaleras. Y otra vez se sientan en las mismas las ausencias….

Pero no pretendo llenaros precisamente hoy de nostalgias. Así que como contraposición quiero arrancaros una sonrisa, sonrisa para que compartáis con los paisanos en paseos y terrazas.

Mirad, allá por 2015 incardinado en artículo más amplio contaba lo siguiente:

“Veréis, en cualquier lugar del mundo si alguien hace referencia a “los santos” todos entienden que se refiere a la corte celestial que componen junto a los ángeles todos aquellos fieles que han alcanzado ese grado, la santidad, según determinación de la Iglesia Católica. Pero hay una excepción. En Berzocana, si alguien dice “los Santos” no se refiere a ese grupo que hemos señalado, sino únicamente a dos: Fulgencio y Florentina cuyas reliquias se guardan en su magnífica iglesia y en honor de los cuales se celebran las fiestas de agosto. Así pues, entienda el forastero que si un berzocaniego dice algo así como “esto ha sido gracias a los Santos”, independientemente del lugar en que se encuentre, se refiere únicamente a Fulgencio y Florentina.

Pero hay más. La gran mayoría no se limita únicamente a utilizar la expresión “los Santos”, sino que dice “nuestros Santos”, con lo cual determina un sentido inequívoco de posesión ante el foráneo y de complicidad con el paisano si es éste el interlocutor. “Nuestros Santos” cierra un campo de posesión de ambas figuras que no admite discusión: Fulgencio y Florentina son los nuestros, únicamente nuestros; del resto de los que componen el santoral hagan la Iglesia y sus fieles lo que mejor les convenga que eso al berzocaniego no le preocupa mucho.

R. Mera

Sentada esta base, mis paisanos, en su mayoría, al posesivo añaden un calificativo y dicen “nuestros Santos benditos”. Es aquí donde este escribidor duda y no sabe muy bien que añade el adjetivo a la santidad. Creo que ha de referirse a su definición como “santo o bienaventurado” viniendo así a resaltar aquella en una especie de dos veces santos, aunque también podría referirse a “ persona buena y sencilla” a añadir a la santidad. Estamos pues en “nuestros santos benditos”.

Pero hay más. Son muchos los berzocaniegos, especialmente las mujeres, que para referirse a Fulgencio y Florentina utilizan la expresión “Nuestros Gloriosos Santos Benditos”, así con mayúsculas para que capten todo el contenido de posesión y orgullo del dicente al referirse a los patronos de la villa.

Y este factor de patronazgo añade el último matiz a esta cadena de expresiones.

 Al respecto recuerdo especialmente (uno no sabe nunca el porqué de estas cosas) a tía Pura, gran devota de los citados y a los que se refería muy a menudo. Tocaba un pequeño acordeón de botones tanto en la procesión del Corpus, como ya he escrito en otras ocasiones, como en el ofertorio de ese mismo día, en el de la Aparición (fecha en la que se conmemora el descubrimiento de las reliquias de Fulgencio y Florentina) o el del domingo de las fiestas de agosto.

Retomemos el hilo y recuerden: “Los Santos”, “Nuestros Santos”, “Nuestros Santos Benditos” y “Nuestros Gloriosos Santos Benditos”. Pues bien, tía Pura solía a veces referirse a Fulgencio y Florentina como “Nuestros Gloriosos Santos Benditos Fulgencio y Florentina nuestros Patronos”, con lo cual el circulo de definiciones quedaba completamente cerrado sin que ningún concepto definitorio quedara al azahar de una falsa interpretación.

Pues a ellos, a Nuestros Gloriosos Santos Benditos, estamos dedicando esta semana. Y el domingo, creyentes y no creyentes, los honraremos sonoramente con cohetes, repiques de campanas, misa y procesión solemnes, canto de las Coplas del Ramo, (en las que se relata la historia de su vida y su aparición, Ofertorio en la plaza, buenas comidas, bullanga y terraceos diurnos y nocturnos”.

 

 

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R. Mera

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