SUROCCIDENTE.- El Hospital: Pie en pared

Pues sí amigos. Ha llegado el momento de poner pie en pared y, todos a una, defender con uñas y dientes la Sanidad de la comarca cada vez más amenazada, incluso con el riesgo gravísimo de que el Hospital Comarcal desaparezca como tal y quede en un gran Centro de Salud para la comarca, centrado esencialmente en los mayores. Creo que no somos aún conscientes de ello, si no, no se explica la pasividad de estos concejos, de sus políticos y de sus vecinos. Nosotros los primeros. Y no me tachen de alarmista.

Hace pocas fechas hube de pasar unos días en el Hospital (mi primera visita tanto como paciente como de acompañante) que luego tuve de repetir, y quedé impresionado de su funcionamiento en general y, muy especialmente, de la profesionalidad y amabilidad de las gentes que en él trabajan sean del nivel que sean.

De otra parte me llamó poderosamente la atención que las especiales característica del Centro, en cuanto a la composición de su personal se refiere, confieren una situación especial de tranquilidad y familiaridad a los enfermos , difícil o muy difícil, de encontrar en otros hospitales de mayor tamaño que, quizás desde otras perspectivas, puedan considerarse técnicamente mejor dotados y con plantillas más amplias y especializadas. Y es que esta composición de la plantilla aglutina a gran número de personas cercanas, de estos concejos, y que por ello suelen ser conocidas, o vecinas, de los pacientes, de sus familiares.  Ello lleva a una familiaridad de trato que deriva en confianza y, por ende, se traduce en una tranquilidad que transforma una estancia hospitalaria, siempre difícil, en algo si no placentero, si al menos llevadero en gran medida.

Y la misma situación se produce si hemos de compartir una habitación. El hecho de conocer al compañero o a sus familiares, facilita un tanto la estancia hospitalaria y la relación. Aunque no quiere esto decir que todo sean rosas y flores.

Permítanme que les arranque una sonrisa. En la estancia hospitalaria que anteriormente les he señalado, coincidí en la habitación con un conocidísimo comerciante cangués, más o menos de mi edad. Nos habían operado a ambos y no había forma de que meásemos.

Un enfermera también canguesa, tras tres o cuatro advertencias, nos conminó:

-O meáis ahora mismo u os pongo una sonda a cada uno.

Se fue y nosotros nos miramos el uno al otro como interogándonos.

-¡Hospias Mera!. O meamos o esta nos jode. Que yo la conozco

El caso que fue que entre bromas y risas nos distendimos y al poco meamos ambos con entusiasmo.

-Y ahora que vaya a poner la sonda a los monos de Gibraltar, expresó aliviado mi vecino

Y también te permite el poder vivir casi en directo y desde la sala de recuperación, un nacimiento y que la joven enfermera que te vigila te vaya relatando con una sonrisa de oreja a oreja todos los ruidos que te llegan, quienes intervienen, como se distribuyen… y todo ello hasta que ves pasar la incubadora con el recién nacido rodeado de personal sanitario feliz. Y al final resulta que también conoces a los padres

Quiero retratar con estas anécdotas situaciones de familiaridad que en otros hospitales no pueden darse precisamente por esa falta de cercanía que la relación de vecindad crea.

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Y voy a la segunda parte. El Hospital Comarcal es hoy por hoy probablemente la primera empresa de la comarca suroccidental, o la segunda o tercera si así lo consideran. Me es igual. Son muchos los trabajadores que del mismo dependen, ya sea directamente o en puestos creados por las diversas subcontratas que en el mismo operan. Cada uno de ustedes puede repasar memorísticamente a cuántos enfermeros o enfermeras, administrativos, celadores, médicos, técnicos de una u otra rama, limpiadoras y limpiadores, personal de cocina, mantenimiento y otros muchos etcéteras, conoce y que son vecinos de estos concejos. Y una a ello aquellos otros servicios indirectos que del sistema sanitario allí centralizado se desprenden. Sírvannos de ejemplo el servicio de taxis.

Auné ahora todos los argumentos aquí expuesto y agrégueles cuantos otros seguro que a ustedes se le ocurren y tendrá más que justificada la necesidad inicialmente señalada de poner pie en pared y hacer saber a todos nuestros vecinos y a todos aquellos a quienes corresponda, comenzando por los alcaldes de Allande, Tineo, Ibias, Degaña y Cangas del Narcea, que ha llegado el momento de plantarse.

-¡Hasta aquí hemos llegado! Es la hora de la verdad sin tapujos, mentiras ni partidismos interesados.

Pongamos todos pie en pared.

 

 

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R. Mera

Un comentario en «SUROCCIDENTE.- El Hospital: Pie en pared»

  1. El señor que relata su estancia en el hospital DE CANGAS DEL NARCEA, CONSIDERO QUE LA DESCRIPCIÓN QUE HACE DE ESTE LUGAR ES MUY CLARA Y VERAZ. .. el trato de todo el personal que allí trabaja…las gentes con las que uno se encuentra…hacen de todo ello, una estancia lo más cómoda posible dentro de lo que se puede estar en un lugar como éste. Es muy necesario en una zona geográfica como el suroccidente asturiano disponer de un centro de tales características , cuando lo vayamos a precisar. No dejemos que vaya a menos!!! Es un lujo de hospital que nos pertenece.

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