Rueda de otoños, rueda de vidas

Foto: Maribel

Son las últimas. Desesperadamente se agarran a las desnudas ramas en un último intento de vida. Contraponen su gastados amarillos a las sombras del anochecer que se abaten sobre el río.

Y se nos muestra el árbol como un símil de la vida. Son muchos los que se han quedado atrás. Son ya muchas las hojas y vidas perdidas procedentes todas de un mismo tronco. Y como dice Concha Velasco, los que primero fuimos viejos, luego mayores, seguidamente tercera edad y ahora población de riesgo, miramos el árbol nostálgicos y agradecidos. Somos esas últimas hojas amarillentas que cualquier brisa inoportuna puede tirar al suelo.

Pero el árbol volverá a renacer. Y vendrán nuevas primaveras que otra vez, en la rueda eterna y repetitiva de la vida, volverán a tener su otoño. Y les seguirán los fríos inviernos y los calurosos veranos. Y cada otoño, junto al río, el árbol volverá amostrar sus últimas hojas amarillentas.

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R. Mera

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