Quizás el exceso de información nos esté llevando a la desinformación

Quizás el exceso de información nos esté llevando a la desinformación

¿Tú te has vacunado?

Se nos ha dicho en repetidas ocasiones que pertenecemos a las generaciones más y mejor informadas de la historia. Puede que sea verdad, pero también puede suceder, como muchos expertos apuntan que el exceso de información que nos llegue termine por saturarnos y llevarnos al punto contrario: pasar de todo. El otro punto negativo en el que estamos cayendo en busca de nuestro más cómodo individualismo es en el de solo leer y dar crédito a aquello que vienen a coincidir con nuestros intereses o no nos da mucho que pensar. Todos sabemos que lo que más impacta son los tuit de frase corta, rotunda y propagandística, aunque muchas veces este matiz se nos escape. A los que así no actúan los insultamos y los borramos de nuestro entorno. Las opiniones razonadas, los artículos argumentados, los datos técnicos en que soportan lar argumentaciones nos importan un carajo y consideramos que quienes los escriben son unos pesados en general y en otros casos hasta los definimos como defensores del fascismo, palabra esta que últimamente lo mismo sirve para un roto que para un descosido.

Y viene a cuento este prefacio por cuanto esta situación está agravando por mor de la pandemia y vacunaciones. Al respecto hay exceso, mucho exceso de información, tanta que está llevando al personal al caos y ya no sabemos si vamos o venimos, o si subimos o bajamos, tal le ocurrió al gallego en las escaleras. Y si a ello añaden los bulos, las informaciones sesgadas e interesadas, las lapidaciones en las Redes y la autosuficiencia de la que cada uno nos revestimos para opinar al respecto, tendremos un cuadro completo de lo que acontece.

Mire. Un día de estos pasados conecté la radio a eso de las seis de la mañana; el locutor de turno estaba ya a las vueltas con las vacunaciones y las opiniones de éste y aquel, primero de un médico, luego un político, detrás una encuesta, luego otro médico… a las diez seguía la cosa, y las doce, y en los programas de la tarde. Y pasada ya la una de la madrugada, ¡en un programa deportivo! Un experto seguía dale te quiero con la pandemia y las vacunas. Y si dejabas la radio y hacías un recorrido por las teles ¡más de lo mismo!. Y la mayoría de las veces cada uno argumentaba distinto que el anterior. Y si intervenían los políticos el caos era ya apoteósico.

¿Y qué me dicen ustedes lo que ocurre en las calles, terrazas y plazoletas?

-Oye, ¿te han llamado ya para vacunarte?

-¿Y cuántos años tienes? Pues a mí aún no, y a me vecina sí. ¡Esto es un desastre!. No tiene ni idea de por dónde andan, ¡si me dejaran a mí!. Y eso que yo padezco del corazón. Y fíjate, a la Loli ya la llamaron la semana pasada…. ¡Ah!. Y ya te dijo: yo elijo  la vacuna!, tengo mi libertad; a mi la mala esa no me la ponen, yo quiero la cara, la buena….. Y esto se repetía una y otra vez en las Redes que no son sino plazoletas y mentideros virtuales

Y así vamos desgranando el día a día.

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R. Mera

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