Las tertulias canguesas del ayer (III)

Las tertulias canguesas del ayer (III)

El grupo dió nombre a los tertulianos

Los Cinco Latinos

Hoy les traigo otra tertulia de antaña. Bueno, la verdad es que no es tan de antaño, pero ya saben ustedes lo de la relatividad del tiempo; siempre varía según la edad del que lo analiza: mucho tiempo para el joven, muy poco para el mayor.

Los Cinco Latinos, así se autodenominan. Suman cuatrocientos veinticinco años de experiencias y un humor endiablado. José Valdés es terrible en este terreno. Juega con las palabras y bromea incansablemente con todo y con todos. Manuel Martínez, El Ficho, llega el último, tiene algún problema y han de acercarle a la tertulia dominical que celebran en el Hogar desde hace unos doce años y anteriormente en otros lugares. Marina se acerca solícita a atenderlos y Valdés se da cuenta de la mirada del Ficho:

Manuel, ¿cuál es el color que más te gusta?

-El verde, contesta aquel picarón apuntando a la minifalda de Marina que es del citado color.

-Cambias de color según el día, ¿no?

– No, según la minifalda.

Rafael Arce, que estuvo en Suiza 10 años y fue zapatero en Grandas del Salime, se ríe con satisfacción.

Pasan lista a la diaria actualidad. Valdés saca sus apuntes, trae la fecha del Tratado de Utrecht para zanjar una discusión anterior. En el fútbol son defensores del Narcea y los colores del Barça tienen mayoría. Todavía hablan de Santos Omar y de “las interpretaciones” en el fútbol. La política no les lleva mucho tiempo, aunque sí las noticias y hechos de actualidad. Falta Antonio Maquilo, que con sus 91 años ha ido a Oviedo a ver a sus bisnietos. Y también Gil González que se halla en Madrid.

Y así domingo tras domingo y golpe tras golpe de Valdés.

-Como trabajo en dos sitios creo que tendré dos retiros, apunta Rafael. Y Valdés salta raudo:

-Pues ya tienes suerte. Mira Madrid lo grande que es y solo tienen uno.

Sigue la tertulia y en una de ellas, alguien apunta:

 – Ese nombre no me suena.

Valdés, le agarra el brazo y con toda seriedad le espeta:

 – Espera que voy a sonarme yo.

 Saca el pañuelo y lo hace

Y allí les dejo con sus dichos y bromas dejando pasar la mañana y a la espera de las novedades de la tarde

-Con tranquilidad muchacho, con tranquilidad, que nos queda toda la vida por delante, les anima Valdés.

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R. Mera

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