De cuando se quiso incautar el Monasterio de Corias

De cuando se quiso incautar el Monasterio de Corias

El Monasterio de Corias

De cuando se quiso incautar el Monasterio de Corias y el cese de funcionarios que no estaban de acuerdo con el régimen

Ya les he contado como tras los hechos de septiembre del 33 con el triunfo de las derechas y el aplastamiento de la revolución de Asturias, el gobernador civil nombra nueva corporación y alcalde a Antonio Arce Díaz. Y también les conté como lo primero que hacen es anular todos los acuerdos tomados por la anterior corporación de izquierdas.

Pero lo que aún no les he contado es lo que acontece cuando llegan las elecciones generales de febrero de 1.936 con triunfo para el Frente Popular, coalición de izquierdas… Y, ¿qué ocurre en Cangas? Pues exactamente lo mismo que en las anteriores elecciones: el gobernador civil cesa a alcalde y concejales y nombra a los nuevos, siendo otra vez alcalde Mario de Llano. Se le nombra el 21 de febrero pero muere repentinamente el 25 del mismo mes siendo nombrado interinamente Constantino Aumente. El 10 de mayo es nombrado definitivamente Francisco Oliveros Menéndez.

Evidentemente lo primero que acuerdan es revisar todos los acuerdos tomados por la Corporación anterior y anular los que no les son gratos.

Pero los nuevo concejales no habían olvidado la Revolución de octubre, y es ahora, con la misma corporación que había antes de la misma, cuando piden justicia y dos concejales presentan una moción en la que piden “castigo para los criminales de la represión de octubre del 34”; incautación del Convento de Corias; un salario de 5 pesetas para los labradores de las viñas y el cese de los empleados municipales que no estén de acuerdo con el régimen.

Pero el caso más chusco es quizás este:

Benjamín Hidalgo García, barrendero municipal antes de octubre del 34, fue separado de su cargo por la corporación impuesta tras el intento revolucionario debido a su activa participación en los hechos acontecidos en el citado mes. La nueva corporación, además de readmitirle, le eleva al grado de cabo de barrenderos. Igualmente le fue abierto expediente al barrendero que le sustituyó en noviembre del 34, José López, y que ahora trabaja a sus órdenes. ¿Por qué?, pues por salir antes del trabajo, al decir de su cabo. Se le sanciona con 15 días de suspensión de empleo y sueldo.

Ni que decir tiene que no se incauta Corias, ni se despide a los funcionarios, ni se expedienta a la Guardia de Asalto. En la mayoría de las mociones, el ayuntamiento no era competente para ello.

No son buenas las relaciones con la Guardia Civil por cuanto, consideran los concejales, ellos fueron los represores de la Revolución y por eso, cuando se aumenta la dotación del Cuartel de Cangas con dos números más se comunica a Oviedo que “este es un país pacífico y no se necesitan”.

“Este es un país pacífico y no se necesitan más Guardia Civiles”.

La represión hacia las derechas debió de ser notable por cuanto el jede de la prisión, Eloy Uría, se queja y solicita no haya más detenciones gubernamentales (presos políticos) “por carecer de departamentos en la prisión que les separen de los presos comunes”.

La situación se agrava, crecen los enfrentamientos, y como ocurrió en todo el país, la situación estalla por completo en julio de 1.936.

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R. Mera

Un comentario en «De cuando se quiso incautar el Monasterio de Corias»

  1. Muy interesante todo. Pero si me lo permites, Mera, me gustaría hacer un apunte. Si no me equivoco, de los dos primeros párrafos de esta entrada se deduce que Antonio Arce y Mario Llano llegaron de la misma manera a la alcaldía en la Segunda República: nombrados por el gobernador tras unas elecciones generales, unas ganadas por la derecha y otras, por la izquierda. Pero Antonio Arce no es nombrado alcalde en 1933 tras el triunfo de la derecha en las elecciones generales de ese año sino en noviembre de 1934, cuando el Gobierno decide destituir a los alcaldes y concejales de izquierdas tras el fracaso de la revolución de octubre de ese año. Entre ellos, a Mario Llano, que estaba al frente de una corporación que había salido de unas elecciones municipales. Antonio Arce se pone así al frente de una gestora municipal. Después, en febrero de 1936, tras ganar la izquierda las elecciones generales de ese mes, el Gobierno ordena que las alcaldías vuelvan a quienes las tenían en el 34, a los alcaldes que fueron destituidos. Es entonces cuando Antonio Arce deja la alcaldía y Mario Llano recupera su cargo de alcalde.

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