Manolín quiere ser asesor

Manolín quiere ser asesor

-Josefa, hija, ¿ónde vas tan ceo?

-¡Calla, calla! Vengo endemoniá; el mi nieto acaba con nos.

-Probetín, ¿qué ha fechu agora?

-Facer, facer, na; pero falar, de falar nun para

-Peru eso non ye malo, ho

-No, malo malo, no ye. El problema es de lo que fala. Ven p´acá que voy contate.

Sabes tú bien que ye un poco garambaina, de poca cabeza vaya. Dejou el Instituto, luego fuese a un taller, luego a la construcción, aluego, se dedicó a hacer el vago, pero claro como la má le seguía soltando cuartos, pues él como un señorón folgando ya subiendo ya bajando a Cangas de las tantas a las tantas y sin dar palo al agua. Hablé con la má ya con él muy seriamente. ¿Ya sabes con lo que nos salió? Pues nos dijo con gran cachaza ya como si fuere el arzobispo de Oviedo:

-¡Tais vosotras buenas! No vos enteráis de ná. Yo lo tengo clarito: quiero ser asesor.

-¡Qué me dices! ¿Ya eso que ye?

-¡Hay fía del alma! Eso quisiera saber yo.

-Escucha, escucha. Va y me dice:

– Que no te enteras abuela, que eres muy, pero que muy antigua. No hay que estudiar, ni trabajar. Lo único que hay que hacer es apuntarse al partido y… ¡listo! Aguantas unos años de aquí para allá, dices que sí a todo, pones  a parir a los de los otros partidos, a lo que hacen, a lo que hablan; dices que todos los jefes son como si fueran Dios, y .. to feitu. Asesor.

-A cuadro quedéime, nena. Ya voy ya le digo:

-Neno tú dirás que soy antigua y lo que quieras, pero a mí no me la das. Eso que tú llamas asesor llámese vago de toda la vida. Y eso es lo que tú quieres ser: vago, por mucho que lo disfraces de moderneces ya politiquerías.

-¿Ya que te dijo?

-¡Púsose como una fiera! Con la má también, no te creas. Le dijo que entós porque no se hacía político que mandan más. Ya volvió a las andadas. ¡Hay Dios… hay Dios… Ni te imagines. Cabreá contestoile.

-Como se ve que no habéis viajao y solo veis Telecinco. Un político tien que dar explicaciones, salvo que sea de los de arriba, arriba del to, que ese si sería un buen empleo, pero los otros tien que explicarse ya la mínima a la calle, por eso que dicen la presión popular. ¿Vos estais enterando? Pues eso, asesor. No sé muy bien de qué, pero eso no importa, como nadie sabe quiénes son, pues da igual, se trata de cobrar y listo. Lealtad al partido ya los que mandan se llama. Así que dejaime en paz que yo voy a seguir con la mi carrera ya sin libros. Ya toi apuntao a las juventudes del partido y haciendo la pelota al secretario de la comarca. Media carrera, vamos.

-Dejámoslo por imposible, nena. Asesor, quiere ser asesor… ¡Virgencita del Carmen!, como los que hay ahora sean como el mi nieto ¡aviaos vamos! Bueno, aviaos tamos ya fae tiempo. Adiós fía adiós.

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R. Mera

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