Continuamos con el análisis del viaje de Jovellanos a Cangas

Continuamos con el análisis del viaje de Jovellanos a Cangas

Foto del Tous pa tous

Continuamos con el análisis, no muy erudito, del picaruelo viaje de Jovellanos a Cangas

Segundo viaje

En octubre de 1.796, Jovellanos vuelve a Cangas, “a vendimiar”, señala él mismo, invitado por el Conde de Toreno y permanece en la villa del 4 al 21 de octubre. No precisa su concreta aportación a la recogida de la uva, pero si nos deja otros apuntes.

Se aloja en casa de Peñalba (imagino que en mejor estado que ahora). Tiene una tertulia a la que acuden “la Ignacia Queipo, la viuda Miramontes y el ciego Merás”. Las visitas de y a mujeres aparecen mucho, especialmente a la Miramontes

El día 6 llueve, va a ver a doña Teresa Flórez y a casa de Merás. De nuevo se fija más en el ama que en el amo: “linda, gruesa, y mucho para tan joven”. Efectúa otra visita a la viuda Miramontes. Por la noche, dice; “juegos de manos y baile. ¿Qué querrá decir con lo de juegos de manos?

Y tampoco debía de apurar la vendimia por cuanto el día 9 apunta: “Nubes y frío, todo el día en casa. Por la noche baile y conversación”. Y remata al día siguiente, domingo: “Lecturas de las inscripciones de la iglesia, visita a la casa de la Miramontes. Paseo hasta Corias y de nuevo baile y conversación”.

Lo de visitar la casa de la Miramontes parce ser que motivaba un mucho a nuestro prócer, al igual que el baile. Habla muy bien de la sacristía del convento de Corias, no así de la iglesia de la que dice “pésimos retablos, ruin esculturas, altar mayor muy alto, el coro bajo deforma la nave. Al final “se bebe en la sacristía”. Bueno, algo es algo.

Foto de la colecciónn del Tous pa tous

Y al final, el martes día 11 se lanza. “A vendimiar a la viña de Toreno llamada de la Cerca, porque la tiene y está contigua a su huerta y casa… las vendimiadoras cogen, hombres, pasando, recogen en cestos, y éstos van a llenar los capachos llamados aquí gojos. El cura no percibe más diezmo que en su estrechísimo territorio; el fruto de otros, aunque perteneciente a sus feligreses, va a la parroquia local. El vino, aunque más considerable, se estima aquí fruto menor”.

El vino es considerado como fruto menor

Dése cuenta el oyente que destaca el hecho de que no se dé importancia al vino y sea considerado “fruto menor”, de poca importancia en cuanto al pago de diezmos a la Iglesia se refiere.

El día 12 no va a la casa de la Miramontes sino a su viña. Seguidamente se traslada a Santa Eulalia, casa principal de D. Antonio Uría, sobrino del obispo de Ciudad Rodrigo. “Huerta cuidada con el mayor esmero; buenas frutas y hortalizas y buena posesión. Convite en casa de Toreno, baile, mucha alegría”

Y mañana acabaré decontándoles las andanzas de Jovellanos en nuestra villa

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R. Mera

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