Santa Bárbara: del ayer al hoy

Santa Bárbara: del ayer al hoy

FOTO.. Procesi´ón en el 2006

Mañana es Santa Bárbara. Desde esta mañana, cuando iniciaba mi matinal paseo, no he podido apartar de mi mente este pensamiento: Santa Bárbara.

Y acuden en tropel momentos y vivencias de otras épocas, de otros hombres y nombres, de otros tiempos en los que la festividad estallaba en todos los sentidos desde esta misma noche. Ya saben, por la fuerza de la víspera conocemos la importancia del santo.

Y se llenaban las calles de familias mineras de celebraciones, de reuniones festivas de compañeros, familiares o amigos, tanto en Cangas como en Gedrez, Tineo, Vega, Ventanueva o Eiros, por poner algún ejemplo

Primero en un local del Paseo y seguidamente en verbenas en los patios del colegio de La Vega, en La Oliva o en Los Nogales, se iniciaron y fueron desarrollando las festividades. Verbenas llenas, pletóricas de músicas y vida, que ni el frío ni el agua lograban aflojar en su ritmo y bullicio. Bares repletos en uno y otro día, cánticos y voladores que se escapaban aquí y allá. Fiestas de trabajadores duros y sentidos que concretaron en sus esfuerzos el despegar de una comarca que en aquel entonces se abrió al futuro.

He sido testigo del apagarse de la actividad, de la paulatina despoblación, de la llegada del paro y el envejecimiento, del declinar de la fiesta con el cierre de minas, pero que, pese a todo, un grupo de mineros están logrando mantener en pie con su esfuerzo y entrega.

Mañana es Santa Bárbara, patrona de los mineros

Quiero cerrar mi homenaje minero de hoy con este poema que allá en 1.981 dediqué los mineros de Cangas. Dice así:

 
 
 
  
 ¡MINERO!
 Yo aprendí por las calles de Cangas
 que mil vidas laten bajo sus montañas
 y que sangre minera ha regado
 de la tierra la fértil entraña.
 A esos hombres con fama de duros,
 a esos hombres que la tierra arañan;
 a esos hombres que al romper el alba
 dejando sus camas encienden la lámpara;
 a esos hombres de leyenda negra
 allá donde no les conocen,
 allá donde no se les ama,
 quiero hoy rendir homenaje
 unida mi alma a su alma.
 ¡Salve minero de orgullosa raza!
 ¡Salve, minero que el carbón arrancas!
 ¡Salve, minero que con muerte luchas
 en duro trabajo y negra esperanza!
 Levanta orgulloso tu frente
 de negro sudor empapada
 y grita arrogante a los vientos:
 ¡Soy minero!, ¡Minero de Cangas!
   

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R. Mera