El Suroccidente olvidado y ninguneado

El Suroccidente olvidado y ninguneado

FOTO. Ilustración para el Comercio de Neto

    Hace unas fechas, Marcelino Gutiérrez, director del diario El Comercio, publicaba in artículo, que también remitió como carta a los suscritores, entre los que me encuentro, y que por su interés general, y muy especialmente para los vecinos de la comarca Suroccidental asturiana, aquí repito para su mayor cocimiento. Lo acompaño con la ilustración de nuestro paisano Neto que junto al mismo se publica:
Dice así:


Hace tiempo que cuesta encontrar profesores y médicos dispuestos a trabajar en el Suroccidente por más incentivos o experimentos que discurre la Administración. No está tan lejos, pero cuesta tanto llegar que muchos asturianos no lo conciben más que como destino turístico. En la Asturias troceada en alas y comarcas, de papeles definidos y aspiraciones limitadas, a los vecinos del Suroccidente les tocaba conservar su territorio para las excursiones bucólicas en las que visitar brañas, pescar salmones y avistar osos. Un paraíso que muchos deseaban conocer y del que sus habitantes terminaban por huir. No por desapego, sino por necesidad. Espoleados por la búsqueda de empleo o la educación de los hijos. Cansados de expectativas defraudadas. De casi todas las raciones de desengaño, olvido y resignación que le han servido a Asturias en las últimas décadas en el desarrollo de las infraestructuras, al Suroccidente le ha tocado repetir. Aliñadas muchas veces con una pizca de ignorancia y unas gotas de elogios reconfortantes al obligado mérito de sus parroquianos. A estas alturas, lo previsible es que sus vecinos se hubieran sentado a aguardar con resignación que les tocara el turno de las migajas en las obras públicas o que hubieran hecho el petate. Lo que menos esperaban los políticos era una manifestación en Oviedo, de más de un millar de personas, para exigir una autovía que la mayor parte de los ministros han prometido sin poner un pie más allá de Grado.
Es improbable, y no consta, que en su camino encontrasen algún diputado que no les diera la razón. Ningún partido se ha atrevido a cuestionar la legitimidad de sus reivindicaciones. Pero la lentitud de las obras contrasta con la rapidez de las promesas. Y aunque la desmemoria abunde en la política, las hemerotecas conservan el testimonio de quienes no hace tanto cuestionaban la autovía como un gasto innecesario. Los Presupuestos del Estado sirven como acta de las inversiones realizadas, que casi siempre alcanzaban para poco más que para mover unos papeles y dejar las adjudicaciones para un año que nunca terminaba de llegar. El hecho es que mientras se les ocurría alguna idea luminosa para salvar unos concejos camino de la desertización demográfica, casi ningún político puso demasiado interés en lo más obvio: construir una carretera no con la aspiración de facilitar la vida a los turistas, sino que permita a los habitantes del Suroccidente vivir en sus pueblos sin asumir la condición de ciudadanos de segunda. Tal vez porque seguimos empeñados en llamar ‘el asunto del Suroccidente’ a un problema que debería importar a toda Asturias.
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R. Mera