Derribando la historia de la comarca

Derribando la historia de la comarca

Derribando la historia de la comarca

“La indiferencia, cercana al desprecio, no se ciñe a pequeños inmuebles. Grandes edificios cargados de historia como el monasterio de Cornellana (Salas) o el de Obona (Tineo) sobreviven a duras penas ante la apatía de quienes pueden remediar su lamentable estado y el poco ánimo ciudadano para exigir remedio ante tanto dislate”.

Así escribía hace pocas fechas en La Nueva España, Santiago Pérez, bibliotecario de Tineo ante el derribo de la casa de  José Maldonado en la citada villa.

Basándose en datos publicados nos explica Santi que  en los años cincuenta del siglo pasado había en España dos millones y medio de edificios anteriores a 1900, en los noventa quedaban menos de un millón.  Y remata: “desde luego no todos estarían en buenas condiciones ni merecerían conservarse, pero hemos visto cómo la piqueta se ha llevado por delante edificios de gran valor artístico e histórico”.

Y es que en Tineo, las palas han echado abajo la que fie casa de José Maldonado, también conocida posteriormente como Cuartel de la Guardia Civil por haber estado allí instalada dicha agrupación

El tinetense José Maldonado fue Diputado a Cortes por Asturias en 1936, consejero de Obras Públicas en el Consejo Interprovincial de Asturias y León (1936-37), y en 1938 fue nombrado director general de Carreteras, siendo presidente de la República Negrín. Ya en el exilio, en 1970, fue nombrado presidente de la República Española en el exilio. El 21 de junio de 1977 disolvió las instituciones republicanas.

La casa fue construida por encargo de Vicente Maldonado, padre de José, en 1925. El coste ascendió a 61. 464 pesetas. Desde hace años estaba en manos privadas.

Con el derribo del citado edificio se da un peso más en la pérdida de identidad de la villa, algo no nuevo ni muchos menos, pues disparates iguales o mayores han venido ocurriendo en la villa canguesa, tal sucedió con la conocida como Casa de María Angustia que se echó abajo durante la transición democrática tras una gran polémica. No fue caso único ni mucho menos. Las capitales de los concejos de este Suroccidente se han visto negativamente afectadas por las despiadada e interesadas piquetas. Corrijo. No solo han sido las capitales de concejo, sino también se ha echado abajo grandes casonas y edificio singulares de muchas localidades y aldeas, pequeños trozos de historia en piedra que vieron pasar al mundo durante años hasta que, digamos y entrecomillemos, con el llamado “progreso” muchas de ellas fueron sustituidas por edificios de aluvión que en la mayoría de los casos se dan de patadas con el entorno.

Y me temo que seguiremos sin aprender.

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R. Mera