LA INCONCLUSA. Un apunte sobre la Descarga

LA INCONCLUSA. Un apunte sobre la Descarga

A hombros del Arbolín, la imagen llega al puente

La Descarga a mano se inició con brío y con más de mil participantes soltando voladores, adrenalina y emociones, tras dos años de ausencia.

Apretaba el sol y la Virgen llegaba al puente portada por los veteranos del Arbolín debidamente uniformados y que,  tras su retirada de la primera línea de fuego, quieren seguir participando directamente en el momento más especial del año cangués. Quien le habla participaba por primera vez en esta procesión vespertina tras unas 48 Descargas contadas de mil formas y en muy diversos medios. Sentí una extraña sensación. De alguna forma yo también había dado un paso al lado, como los del Arbolín, con quienes hacia piña junto a la imagen de la Virgen.

El minuto de silencio fue impresionante tanto en el puente como en el Prao del Molín y alrededores. Creo que respondieron hasta los forasteros que atiborraban la villa canguesa y sus contornos. Y dos años después, Luis Tejón lanzó el volador que dio paso a la Descarga

Nos pareció que la tirada a mano tenía menos intensidad en algunas zonas. O quizás sería únicamente una sensación

-Con eso de la seguridad, las distancias y los cursos, hay menos tiradores, apuntó alguien en voz baja.

Todo iba bien

Y arrancó la primera máquina. Los directivos de Artesanos vigilaban en el Prao. Iban y venían inquietos, se agachaban, comparaban el ritmo de las mechas y las velocidad de las maquinas. El tronar de los voladores subía segundo a segundo. Una explosión en alguna de las máquinas movilizó a todos cuantos se encontraban en el Molín. Algo había pasado. Hubo una especie de corte, como un calderón ajeno a la  partitura incrustado en la sinfonía de pólvora. Continuaron su correr las máquinas. Y otro corte. Y El Morrosco corrió mecha en mano encendiendo otra hilera. Y otro parón. Y otro encendido. La Descarga se estaba viniendo abajo. Al encender otra de las máquinas se produjo otra pequeña explosión. Y alguien, con buen criterio, decidlo cortar allí.

Un silencio incrédulo se extendió por el Molín y las zonas de los tiradores. Se echaban las manos  a la cabeza, corrían, se arrodillaban en el suelo y gritaban desesperados… Y entonces, saliendo desde el puente y abriéndose hacia todos lados, los cangueses, la mayoría con lágrimas en los ojos  y la congoja en el corazón, rompieron en un fuerte aplauso, dirigido muy especialmente a la Directiva de Artesanos y a toda la Sociedad que, contra calores y adversidades supieron, una vez más, romper la tarde canguesa.

Parte de lo que no salió

Quedo inconclusa la Descarga, so salió el remate final y más espectacular de la misma y allá quedaron docenas de voladores y barrenos dormidos en las máquinas. Más pese a todo ello, los cangueses sintieron como dos años después, su sangre volvió a latir con fuerza el día 16 de julio

Desde esta página, mi aplauso para quienes lo hicieron posible.

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R. Mera