LA FOTO Y SU PIE.- Promesa de higos

Paseaba distraído concentrado en el decir de la radio en sus informativos matutinos. El sol rodaba ya montaña abajo y comenzaba a acariciar el valle. Algo llamó mi atención al acabar de la recta del Pontón camino de La Himera. Detrás de las vallas de protección de la carretera, un verde fuerte llenó mis ojos a la vez que un peculiar olor me llevó a mi niñez. Fijé la vista: era una higuera repleta de higos tiernos que rompían al especio. Me acerqué y aspiré con fuerza. El despertar del campo a los inicios del verano llenó mis sentidos.

Pero entonces me di cuenta que no era verano, aún faltaba mucho. Pro la higuera, como toda la naturaleza, no entiende de crono ni medidas humanas, reaccionan a las circunstancias físicas propias de cada estación geográfica. Y el tiempo de estas últimas fechas, con su falta de agua y exceso de calor, ha sido más propio de inicios de verano que de primavera. Y a ello ha respondido la higuera.

Esperemos que la excelente oferta madure en una no muy lejana y sabrosa realidad

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R. Mera