CANGAS DEL NARCEA.- La Magdalena, nuestra patrona, ¿qué sabemos de ella?

Los días  21 y 22 de julio, hoy y mañana, se celebran en Cangas del Narcea las fiestas “verdaderamente” patronales de la villa ya que, en contra de lo que muchos creen, no lo es la Virgen del Carmen aun cuando sus festejos sean los que centran las fiestas de julio y su devoción sea mayor y esté más arraigada entre los vecinos.

Pero ¿sabemos quién era nuestra patrona?

Veamos: María Magdalena es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Es considerada santa por la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades y aldea cercana a Cafarnaúm.

Y ¿Cómo surgió su devoción? Hay almenso dos corrientes; la más potente, la llamada tradición francesa u occidental, sostiene que a consecuencia de la muerte del pro mártir san Esteban, la Magdalena, junto con sus hermanos Lázaro y Marta, y varios discípulos se embarcaron en una pequeña nave y arribaron a las costas galas. Las sucesivas invasiones que sufrió la región borraron muchas huellas del pasado. Pero existen indicios históricos hacen muy factible que María Magdalena llegase a Francia. Allí predicó las enseñanzas de Jesús, hasta que se retiró a una gruta cerca de Aix-en-Provence-conocida desde entonces como la Sainte-Baume. Poco antes de su muerte fue trasladada milagrosamente a la capilla de san Maximino donde recibió los últimos sacramentos y fue allí enterrada

Allí se estableciendo una comunidad de religiosos llamada casianistas, que veneraron su cuerpo desde el siglo IV al siglo XIII. Las invasiones y los siglos los hicieron desaparecer hasta que en 1279 Carlos II, rey de Nápoles, ordenó la construcción en la Sainte-Baume de un convento para los dominicos, hallando intacto un sepulcro con la siguiente inscripción: «Hic requiescit corpus Mariae Magdalenae» (Aquí reposan los restos de María Magdalena).

Ningún otro sepulcro -a excepción del de Jesucristo en Jerusalén; el de San Pedro en Roma o el del apóstol Santiago en Compostela- recibió tantos homenajes como el de Santa María Magdalena. Baste decir que en el año 1332 se postraron ante él cinco reyes: y fue también visitado por siete papas: Y un dato curioso: la Cueva Santa fue respetada durante la Revolución francesa.

En Asturias el culto a la Magdalena se extiende por toda la región. A principios del s. XII se crea el hospital para leprosos de Santa María Magdalena de la Malatería de Ardisana. Las malaterías aumentaron desde el s. XIV hasta el s. XVIII cuando son suprimidas creándose el Hospital Provincial. Hasta ese momento hallamos veintisiete bajo las advocaciones de Santa María Magdalena y San Lázaro. En esta expansión y seguramente de la mano de algún dominico, aún cuando no llegara oficialmente a Corias hasta 1.890, cuando la devoción a la Magdalena llega a Cangas. Pero no esto no es nada más que una especulación

Basílica de Santa María Magdalena

La fundación de la colegiata en Cangas del Narcea tuvo lugar en el siglo XI, durante el reinado de Fernando I de León, aunque su origen exacto se pierde en la bruma del tiempo. Esta institución religiosa creció y prosperó en los siglos siguientes, y su iglesia fue reconstruida en varias ocasiones para adaptarse a los cambios estilísticos y necesidades de la época.

Durante su etapa como colegiata, Santa María Magdalena fue un importante centro religioso y cultural en la región. El cabildo de canónigos no solo se encargaba de llevar a cabo las funciones litúrgicas, sino también de la educación y la promoción de las artes. Es probable que durante este período se llevaran a cabo algunas de las obras de arte que aún hoy se pueden admirar en la basílica, como las pinturas murales o los retablos de las capillas laterales.

En 1954, la colegiata fue elevada a la categoría de basílica menor por el papa Pío XII, lo que significó un reconocimiento especial de su importancia histórica y artística

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R. Mera