SUROCCIDENTE.-¿Ha comenzado el declive de las fiestas de prao?

Aun se recuerda por pueblos y aldeas, con nostalgias de juventud, aquellas fiestas de prao de hace 15 o 20 años cuando se contrataban para ellas las mejores orquesta allá y los mejore grupos acullá. Ahora, el presidente de la asociación de vecinos de cada pueblo o aldea, o las comisiones que al respecto se forman, se conforman con poder cumplir con lo básico en el desarrollo del programa festivo y, lo más importante, que cuadren las cuentas. Y más se le complica aún la cosa a aquellos que celebran sus fiestas en pleno verano cuando las orquestas demandan los precios más altos. Tienen que  contratar a principios de año para no quedarse sin ellas con el riesgo que ello conlleva. Todo ha subido y los vecinos cada vez son menos por lo que la recaudación se reduce. Y a ello se agregan las cada vez más acusadas complicaciones de organización: trámites, papeleos, seguros… y la que se vienen considerando a todos los niveles como la  “bestia negra” de las romerías de pueblo: la burocracia que todo lo complica. Y van aún más allá, cada dos  por tres te requieren firma electrónica para todo, los ayuntamientos te piden cada vez  más papeles, se debe garantizar que los músicos que vienen cotizan a la Seguridad Social, que los camiones de las orquestas tienen la ITV pasada… se quejan unos y otros.

Y sumen a ello que quedan pocos jóvenes y que se van cansando, no hay relevo generacional, no quieren estas responsabilidades. Todo ello apunta que quizás, y en un futuro no muy lejano, no se vean ya tantas fechas en rojo en el calendario veraniego regional.

La situación apunta a que en no muchos años van a quedar solo fiestas en sitios más bien grandes, en aquellos lugares en que los ayuntamientos apoyan directamente, En los pueblos pequeños acabarán desapareciendo.

 Según calculan algunos  veteranos en  la organización de este tipo de fiestas de prao, el presupuesto para organizarlas este año se ha disparado en torno a un 15%, al subir el precio de alquileres de carpas, de la energía, generadores, voladores… Todo ello sin olvidar las tarifas de orquestas y charangas. Donde antes se gastaban 12.000 euros ahora son 15.000 como mínimo, afirman.

Y los más veteranos, ya retirados, aconsejan: Hoy en día lo más importante es tener un buen seguro de responsabilidad civil, porque eso cubre cualquier problema que pueda surgir en la fiesta. “Una buena o mala orquesta, llega, actúa y se va; pero un problema más o menos grave en la fiesta, si no lo tienes  cubierto, provoca un problema que hasta puede complicarte la vida, afirma uno de ellos.

Sea ello lo que fuere, y salvo milagro que llegue de la mano del aumento de habitantes, las fiestas de prao, poco a poco, caminan hacia su desaparición.

Espero equivocarme.

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R. Mera