CANGAS DEL NARCEA.- Acudimos al Corral de Comedias a reencontrarnos con la Lengua y descubrimos un mimo

Pues verán ustedes. Algo más de doscientos cangueses acudimos el pasado viernes al Corral de Comedia en que se transformó el patio del Palacio de los Condes de Toreno;acudimos a reencontrarnos con la Lengua y descubrimos un mimo de altas cualidades.

Grato fue ello aun cuando cayese aquel en lo que en el argot del arte de Talía se llama “robar escena” por cuanto el público está más pendiente del movimiento de los secundarios que de la trama que exponen los actores principales.

Vaya por delante mi más sincera felicitación y profundo respeto por todos aquellos que hicieron posible un acto de esa valía y dificultad en Cangas, máxime si tenemos en cuenta su amateurismo y que los treinta los dejaron todos atrás hace ya algunas fechas. No fue ello óbice para que demostrasen su bien hacer y, sobre todo, su entrega y sacrificio en los ensayos y en el aprendizaje de los papeles redactados (más o menos) en el castellano del siglo XVI con saltos y guiños a la actualidad social y política, muy especialmente centrado todo ello en el “tapado” papel de las mujeres en la Historia y la crítica caustica y humorística al acervado feminismo actual en el lenguaje denominado como “políticamente correcto”.

Todos rayaron a gran altura y con total entrega en algo tan de especial dificultad en nuestros días como hacer llegar el teatro clásico, el humorístico entremés, al público en general y, más aun, hacerlo sin móvil ni `Sálvame´ de por medio. Salvado queda aquí cualquier lapsus o despiste que pudiera haberse producido. No es digno de mención.

Estaba en las primeras filas y me fijé especialmente en nuestro mimo. En su fingida borrachera que le llevó más de una vez al suelo, su cara y su cuerpo traducían en gestos más que expresivos las intervenciones de unos y otros, especialmente las del corregidor, o aquellas subidas de tono: extrañeza, asombro, sorpresa, estupor, dudas, incomprensión, susto, incredulidad…

Más permítanme ahora que ponga especia hincapié en el hecho de que el nombre que ostenta el grupo de teatro: “Teatro del Suroccidente” tiene una especial relevancia. Y la tiene porque así es. Sobre la tablas coincidieron gentes de Cangas, Tineo y Allande haciéndonos ver que la coordinación y cooperación entre concejos es posible, y aún más, yo diría que necesaria.