SUROCCIDENTE.- Las tradiciones, la matanza, el Samartino o Sanmartino

Matanza en Larna hace unos cuantos años

En este relato voy a contarle cómo llegué a entender el cómo y el porqué la modificación de las palabras, el separarlas, el unirlas, el añadirlas prefijos o sufijos, llevan a que de una de ellas se desgajen un momento de otras y que al final tengamos muchas formas para un mismo significado.

Y vamos a ello partiendo de un hecho muy de estas fechas, muy del Veranillo de San Martín y de los inicios del invierno, de este largo puente de diciembre

Hace ya unos años, conocedor de que en muchos lugares de Asturias se denomina a la matanza del cerdo como el Samartino, pregunté al respecto en una aldea; inquirí el porqué se llamaba así a la realización de la matanza del cerdo, definida como “la matanza” sin más en los lugares por mí conocidos. Solo supieron decirme que así se había llamado siempre.

-¿Nunca ha oído decir San Martín o San Martino?

-Nunca, me respondieron

-Aquí ha sido siempre el Samartino, respondían encogiéndose de hombros

Pregunté si habían oído habla de la leyenda de San Martín o de las fiestas carnavalescas de estas fechas.

Repuesta negativa. Se decía Samartino y ya está

Les cuento: Se sabe que en la víspera de San Martín se comía y bebía muy bien en el entorno de una pequeña fiesta carnavalesca antes de la “Quadragesima Sancti Martini”, (cuarenta días antes de la celebración de San Martín, 11 de noviembre) dando así comienzo el tiempo de adviento o cuaresma en el antiguo calendario. A las once horas del día once del mes once se quería simbolizar con esta fiesta la trasgresión de los diez mandamientos bíblicos. Los ciudadanos de aquellas épocas, al encontrarse  a las puertas del invierno, y como prevención ante el mismo sabían que los víveres deben ser almacenados para la estación que se avecina, pero aquello que no puede ser conservado vivo deberá ser sacrificado para la curación o comido. De ahí que se asocie esta fecha con la de la matanza, de cerdos en nuestras tierras, de gansos y ocas en la Europa de norte, y la ocasión para celebrar las últimas grandes comidas de reunión acompañadas del primer vino de la temporada, porque San Martín era el que podía convertir el vino en agua según la leyendas de la Europa rural. Aquí en Asturias, San Martín es la festividad más típica del otoño asturiano, en el concejo de Aller, especialmente en Moreda, Por estas mismas fechas del calendario en Roma se celebraban las fiestas de Vinalia. Aun hoy en algunos lugares, especialmente en las zonas rurales francesas, citan al santo  como el patrón de los bebedores y llaman el “mal de San Martín” a la resaca de ese día, consecuencia de la larga noche anterior a la festividad.

Pues vivan San Martín y el Samartino

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R. Mera