CANGAS DEL NARCEA.- Tres mujeres
Seguro que muchos de ustedes recuerdan el programa Sextaferia de la TPA cuyo primer capítulo se rodó aquí, en Cangas, en el Teatro Torneo. Acudí al mismo como invitado para hablar de Cangas y sus gentes. Miguel Ángel Pérez hablo de la recién fallecida María de Fonceca, o María L`Acebo, y ello me dio pié a querer explicar la influencia en Cangas de tres mujeres. Peo no era un programa al uso sino de humor, y en algunos casos, incluso de humor grueso, sobre todo a cargo de la presentadora. Ello me llevó a pasar cuasi de puntillas por la idea que yo mismo me había planteado. Y hoy, amigos, he querido traerla hasta aquí para que no quede olvidada tan solo en el pasado de aquellos que directamente las conocieron.
Comenzaré por María L`Aire. La historia del Arbolón, ese árbol que se roba y tras llegar con su copa intacta es plantado delante de la ermita de Ambasaguas, ha pasado por múltiples vicisitudes y malas épocas. Del penúltimo peligro de desaparición lo salvó una canguesa llamada jocosamente por sus paisanos María L`Aire. La mujer era cargada de peso y los jóvenes la increpan bromeando advirtiéndola: ¡María que te lleva el aire!
Una de las paradas emblemáticas era y sigue siendo en el Sotero, a la entrada del puente de Ambasaguas. Angelín era el responsable, por encargo de su tía Pilar, de sacar el cacho para que se refrescasen los sufridos porteadores. Aquí se reproducía, y aún hoy se sigue reproduciendo, el recuerdo a María con sucesivos vivas. Y así María quedó como institución canguesa. ¡Viva María L`aire!
Carmen del Conde fue una mujer humilde y trabajadora, canguesa hasta sus más profundas entrañas, que trabajó mucho y duro con el Conde de Toreno y su familia a los que acompañó en muchos de sus viajes. A su vuelta vendió golosinas, avellanas y otras chucherías en un pequeño puesto que instalaba en el cruce de las calles Mayor y Díz Tirado haciendo las delicias de la chiquillería canguesa de aquellos entonces y a la mayoría de los cuales conocía por su nombre. Los que la conocieron cuenta que mientras pudo nadie que ella supiese de su necesidad durmió en la calle o quedó sin come., Su casa siempre estaba abierta para todos; lo poco que tenía siempre estaba dispuesta a compartirlo. Durante la transición, el ayuntamiento cangués la dedicó una calle en la cual hay una placa errónea. En la misma reza Carmen Conde (una escritora) cuando según el acuerdo y su realidad debería constar Carmen del Conde. Debe de procederse a su cambio.
Y por último, la hace poco fallecida Manía del Acebo cuya vida ya les es a todos más cercana. No hace micho, una mujer me contaba que subía al Acebo a ver a la Virgen y a María. Y había más. Fue mujer campesina del año y también se caracterizaba por ayudar a todos cuantos se lo requerían o ella constaba una necesidad. Su reconocimiento rompió las fronteras del concejo y la comarca y valorado su interés por la historia, costumbres y folclore del lugar, que trasmito a propios y extraños. Por ello fue homenajeada y reconocida con la colocación de una placa en el lugar en el que durante años y años mantuvo su peculiar kiosco.
Tres mujeres, tres valores cangueses que no debemos olvidar