CANGAS DEL NARCEA.- Hoy San Tisón y el domingo San Tiso

Esperando los coensales en la bodega

-¿Ou vas Mera, ho?

– A mear excusao, que de to quieres enterarte

-Ni se te ocurra ¿O es que no te acuerdas de los de la División Azul? Cuando meaban en el campo se le helaba el orín y les estallaba la pirula, a ti te puede pasar lo mismo si la sacas ahí fuera

El decir de Potolo provocó una gran risotada entre todos los que se hallaban en la bodega, en San Tiso.

Era el día 28 de enero, día de San Tisón, y hacía un frió de mil demonios. Había nevado el día y la noche anterior y las calles del barrio se hallaban cubiertas con una capa de nieve sucia en muchos tramos. Estaba despejado y bajo la luz de la luna, la nieve brillaba en todos los montes de alrededor. Debíamos de andar a mediados de los ochenta.

No recuerdo bien si estábamos en la bodega de Santiago o en la de Secundino, como tampoco los nombres de los que allí nos encontrábamos  “cumpliendo presencialmente con nuestra devoción al santo”, decir con el que Cortina justificaba cada año su presencia en la fiesta.

Pese a la advertencia de Potolo salí fuera para, unos pasos más allá, aliviarme a toda prisa sin que pasara nada grave. Sonaba el agua del rio, un tanto subido y, atenuadas, llegaban hasta mí las voces tanto de los que conmigo se encontraban como las de las que provenían de otras bodegas en las que también se celebraba al santo.

Y digo lo de “santo” por la rutina heredada puesto que he sido incapaz de verificar la existencia de santo alguno con el nombre de Tisón, pese a que recurrí también a mi hermano Fulgencio experto en santorales y cuestiones de la liturgia vaticana. San Tisón no aparecía por parte alguna.

San Tiso en la capilla

En alguna ocasión, el citado Cortina, devoto desde su niñez de esta festividad, me había sugerido que quizás el nombre lo pusieron los paisanos para diferenciarla de la de San Tiso, titular de la ermita y presente en la lista de santos como “mártir”. Y con la palma de partir aparece representado en una pequeña imagen que se encuentra en el lateral de la capilla. Tampoco he sido capaz de averiguar por qué se saca en procesión el busto de un obispo en actitud de bendecir y cuyo nombre no aparece por lugar alguno.

 A San Tisón solo acudía paisanos y a San Tiso, todos, incluidos mujeres y niño.

Para aclarar el asunto, como ya he señalado en otra ocasión, recurrí Milia para que, como natural del lugar y ducha en historias del mismo, aclarase mis dudas. ¡Buena la hice!

-Mira Mera, no te enteras de nada. Atiende; me dijo

Nieve en San Tiso bastanres años después

Antes, y de siempre, en esta capilla había dos santos: San Tiso, que estaba arriba, y San Tisón, que estaba abajo. No hace muchos años, los curas quitaron San Tisín y bajaron a San Tisón del trono. No nos gustaba y cuando veníamos las mujeres a limpiar los volvíamos a poner en su sitio. Para más cosa nos dijeron después que San Tisín no era San Tisín, sino San Julián o algo así. Pero bueno, nosotras los seguimos llamando como siempre. Su hermana Narbolina apoyaba con entusiasmo sus argumentos: San Tiso arriba y San Tisón abajo. Y así en lugar de aclarar nada complicamos aún más la situación con respecto a los santos del lugar.

Ángel, el ingeniero de Carbonar y natural de Barcia, encendió unas hojas de periódico y metimos los pies, con zapatos y todo, entre las llamas. Los teníamos congelados pese a que habíamos cumplido las recomendaciones de los veteranos y acudimos con dos pares de calcetines de los gordos.

Tras unas compactas patatas con bacalao precedidas de una gran variedad de embutidos, todo ello regado con vino en abundancia, dimos por cerrada la celebración de aquel año.

Ya saben, hoy San Tison y el domingo día 2, San Tiso, con misa procesión y bollo.

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R. Mera