COSAS DE XUAN.- Cuando el relato deja de serlo y pasa a ser cuento, pero no como el Pulgarcito precisamente

-Hombre enredapleitos ¿cuánto tiempo sin verte?

Xuan se dirigía a mí eufórico tendiendo su mano. Nos dimos un sentido abrazo. Hacía largo tiempo que no nos veíamos y, por ende, que no perorábamos sobre lo divino y humano que con estos concejos y su diario vivir tuviese algo que ver. Ambos habíamos pasado unos meses difíciles y ambos nos incorporábamos poco a poco a nuestras actividades de jubilados no exentas de obligaciones, como obligado es también señalar que por nosotros buscadas gratamente

Nos dirigimos a tonar un café a Casa Farruco pues enseguida me di cuenta de que a Xuan le daba vueltas en la cabeza algún sucedido al que no veía salida lógica o no terminaba de ajustar en sus razonamientos.

-Pues sí Cuntapeiro, sí; ando rumiando los sucedidos de estos días ya otro sucedido que me viene de atrás. Cuéntote

-Como a toas hora andaban unos ya otros dale que te quiero con el relato p´aquí, el relato p´allá, preguntei a Pasquín, pues yo se muito bien que íes un relato, pero dábame que el que decían en la arradio ya´en las teles no era el que yo pensaba ya  menos aun  del que pontificaban unos ya otros políticos ya politiqueiros, que no son precisamente lo mismo. Que tenía algo que ver con contarnos una milonga para que no nos enterásemos de lo que realidad sucede con unas ya otras cuestiones. Incluso me decía el Pasquín que hacerlo así  era de ser un buen progresista. Ya fíjate: convenciome de que los que manejan los partidos dicen como hay que contar lo que ocurre, el relato, ya todos lo repiten como papagayos, ministros incluidos. Y… ¡hay que joderse Cuntapeiro!, a veces una  gran mayoría hasta aplaude con las orejas, como en el Parlamento.

Pero, por el por si acaso, buscamos n´el diccionario de la mio nieta ya dice:

Relato: Conocimiento que se da, generalmente detallado, de un hecho

Esto íes lo que sabíamos, tábamos en lo cierto; pero no quedamos conforme porque entendíamos que de un hecho fácense muitos relatos, ya éste era el quid. N´el mismo diccionario, un poco más abaixo decía: narración, explicación, crónica… y… ¡cuento! Aquí taba el quid, cuento; los relatos de los políticos no son los que yo sé  o tu escribes en los tus libros, los políticos cuando dicen relatos en realidad quieren decir cuento, cuentos que pretenden colocarnos ya que llaman relatos p´a que traguemos con cuanto quieren que traguemos. Ya mira, lo grave es que muchos… tragamos.

Mira Cuntapeiro: he llegado a una conclusión, para el politiqueo moderno, para hacernos comulgar con ruedas de molino, lo importante no es el hecho, lo que sucede, lo importante es el relato de lo que sucede, no lo que ha sucedido. Vamos, que mienten más que pestañean Y me cuenta Pasquín, que en eso es maestro un ministro, un ministro que es como Mariano Ozores en lo físico y en el decir, pero en malo, que tan solo le falta terminar sus frase con aquello de: nooo, hija noo.

-Mira Xuan: si el relato es fiel a lo sucedido, no tiene nada de malo, tan solo estará mejor o peor contado, mejor o peor escrito, lo grave es que ahora a lo sucedido, a su realidad, no se le da importancia alguna. Lo importante es cómo se cuenta, el relato que se hace del hecho independientemente del hecho mismo, la verdad no importa, importa el relato.

Mira. Hay un hecho en Cangas que sucedió realmente: aquel Carmen, en el que, en la Plaza del Julter, un grupo de peñistas subió a Cándido Puente a un tablón y se creó la figura del Jefe y la tradición del paseó del mismo por las calles de la villa. Ese fue el hecho, pero de ese hecho hay múltiples relatos, casi tantos como personas allí nos encontrábamos. En realidad se relata el cómo cada cual vio y vivió el momento, pero sin desvirtuar éste ni cuestionar su realidad. Ahora se crea el relato mintiendo descaradamente con el fin de demostrar que lo fue no fue y lo que no fue, fue.

-Clarito me queda. Te veo en un par de días que tenemos que falar de muitas cosas.

Pues hablaremos.

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R. Mera