BERZOCANA. El olor de la migas de la Plaza

Hasta este apartado rincón del asturiano Parque de Fuentes del Narcea llega el olor a migas que desde la Plaza, el corazón de Berzocana, se expande en todas direcciones. Y al igual que llega aquí, estoy seguro llega también a barrios de Madrid,  y de Barcelona, y de Bilbao, y de Andalucía…. y a todos y cada uno de aquellos lugares en los que hay un berzocaniego.

La noche está plácida y convivencial. Los berzocaniegos, de origen o de adopción, se colocan disciplinados en esta o aquella cola. Los hacen según afinidades o confidencias de aquel o el otro que hablan de la calidad de unas u otras migas o de la habilidad del manijero

-Las de La Duche, las de La Duche están magníficas

-Me parece que yo prefiero las de Las Cortes

Y así, plenamente convencidos, se colocan en una y otra cola bromeando, intercambiando interjecciones y saludos plato en mano y con la cuchara a punto. Algunos llevan un vaso en la otra para la sangría y hasta son capaces de llevar simultáneamente un bebé en brazos. El buen humor reina en las filas que se conforman en dirección a cada uno de los calderos que estratégicamente situados reparten los vecinos de este o aquel barrio. Y encima de cada plato los pimientos fritos. ¡Y los torreznos!. Que no falten los torreznos.

Son estas migas solidarias y altruistas. Los vecinos de cada barrio, agrupados según su libre albedrío, aportan trabajo y productos, así de buena fe, con gusto y de muy buena gana como ellos mismo afirman.

Una vez avituallados, familias, grupos de amigos, de compañeros o simplemente parejas o individuos, se dirigen plato en mano en busca del lugar más adecuado para degustarlas. Las escaleras son el destino más general, aunque son muchos los que se dirigen también a las mesas de las terrazas que, previamente ya estaban guardando desde bastante antes otros familiares o amigos.

-Yo no quiero sangría. Voy a por una cerveza

-Pues yo prefiero un vino

Y así se van conformando gustos y grupos. Los de Cañamero se han integrado en este acto desde hace ya unos años y son muchos los que acuden a compartir las migas, pimientos y torreznos con los berzocaniegos. Pero no crea el lector que es esto tradición de siglos. Ni mucho menos. Se creó no ha muchos años como un acto de cierre de las fiestas, del último día. Pero no se contaba son su enorme éxito.

Ahora es un acto más de aquellas. Un acto solidario y de buena vecindad de los berzocaniegos.

Que sea para bien y para muchos años

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R. Mera

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