Echa cerveza de ese divino barril…. pero no tan cara

Cómo hoy se celebra en Cangas del Narcea la Fiesta de la Cerveza, bueno será que los aficionados al espumoso líquido sepamos cómo está la situación de su comercialización y, muy especialmente, su precio. Es por ello por lo que he fusilado el artículo escrito por ROBERTO BÉCARES en una revista de Hostelería que me ha llegado a través de un amigo, también cervecero, y más que preocupado por los precios que corren en estas tierras de Pelayo. Para que no les pille de sorpresa señáloles que en Cangas del Narcea y aledaños es más que difícil encontrar un botellín por debajo de 1,30 y , no digamos nada su hay fiesta o verbena de por medio .

Díce así el citado artículo:

Guerra de precios por la cerveza

Pugna entre los bares por vender la caña más barata para ganar clientes

María tiene más de 80 años y se toma todos los días su cañita por la mañana porque, claro, «así estoy de bien». Por casualidad se ha dejado caer con su cuidadora en el bar Lizarrán de la Avenida de la Albufera, en Vallecas. Varios carteles anuncian en la entrada el precio irrisorio de la caña de Mahou: 70 céntimos. «Hombre, es barata, pero en otros sitios te ponen tapita», rezonga la cliente poco antes de mediodía.
Varias personas consumen la caña de promoción a esa misma hora. «Si estuviera más barata estaría mejor», suelta Ramón en su break de la oficina. Aun así, a casi todos sorprende lo barata que es. En sólo un mes de promoción, las ventas han dado un giro copernicano.
«La iniciativa ha tenido muy buena acogida en el barrio, por el tipo de local nuevo que es y el precio de la caña», explica Antonio Camacho, responsable de los locales de Vallecas y Chueca de esta franquicia -sólo algunos bares de la cadena han recurrido a la oferta-. «Hemos pasado de vender 200 cañas al día hace un mes a 800 ó 900 e incluso 1.200 los fines de semana», explica Camacho. «No podemos parar ni a respirar», afirma Geslaine, una de las camareras, mientras va y viene por detrás de la barra sin parar.
Es la nueva guerra de la cerveza. En época de crisis, los hosteleros también se reinventan. Un producto más barato que aumente la venta, que compense el descuento. Una lucha sin cuartel por ver quién lanza la mejor promoción. Las tabernas Lizarrán responden así a las ofertas de los rivales que han apostado por ofrecer cinco botellines de 0,20 cl. por tres euros: la Sureña, Tragatapas, la Jamboteca…
En el restaurante Tragatapas, en la calle Cuesta de San Miguel, la promoción del cubo -los botellines vienen en un cubo de metal lleno de hielos- también triunfa desde que abrió el local en noviembre. «De jueves a domingo desde las seis de la tarde está lleno; la promoción sale muy rentable», explica Gustavo Esmeil, encargado del bar, que vende 250 cajas de cerveza cada fin de semana.
«La gente un poco más mayor viene a por las raciones y los jóvenes a por las cervezas», asegura el responsable del local, que además ofrece promociones diarias muy atractivas (el jueves una ración de jamón y el cubo valen 6 euros). «El jamón se pide bastante», precisa. Y con el gancho de la birra, se consiguen clientes que al final consumen más productos.
La zona centro está okupada por las franquicias. 100 Montaditos, del grupo Restalia, tiene varios locales que ofrecen desde hace más de un año la jarra de cerveza de medio litro por dos euros. «Es una promoción que funciona bastante bien», precisan trabajadores de la compañía. La Jamboteca, otra franquicia especializada en jamón, también se apuntó a la moda del cubo hace unas semanas y «ya se empiezan a notar los resultados», dicen desde la compañía.
La Sureña, también de Restalia, que fue quien inventó la oferta del cubo, ha abierto en poco tiempo siete restaurantes en la región -tres en pleno centro de Madrid- y continúa buscando locales. El Museo del Jamón es otro establecimiento clásico que tiene precios muy económicos. La caña sale a un euro. «Creo que comparando cantidad con precio somos los más baratos, porque nuestra caña es de 0.33 cl y no la pequeña y además ponemos también un aperitivo», precisa una portavoz de la compañía, que en sus locales del centro vende la jarra de medio litro a 1,50 euros.
La cerveza siempre ha sido un negocio rentable. Según fuentes del sector de la hostelería, a los establecimientos les sale el botellín de 0.20 cl. por unos 20 céntimos, por lo que a cada cubo, por ejemplo, le sacan de rentabilidad unos dos euros. Un poco menos de rentabilidad, pero igual de éxito que los demás tiene el Outlet Bar, en la calle Libertad, que ofrece la caña más barata de Madrid (60 céntimos).
La iniciativa no parece haber hecho mucho daño a locales de toda la vida, como el Palentino (calle Pez), que sigue vendiendo la caña a 1,10 euros (con tapa). «Al Palentino no le hace ni media el Melia», presume Dolores, una de las dueñas del local, que cada semana vende más de ocho barriles de 50 litros cada uno.
En Lavapiés, otro local con fama de barato es La Bodeguilla, en la calle Oliver, «la mejor bodega del barrio», según varios de los clientes. El botellín de Cruzcampo está a un euro y «se pone de tapa queso cabrales o lacón», precisa Maribel, su dueña. El aperitivo parece la única vía para salvar el precio tradicional, pero tal y como está el mercado, la sensación es que seguirán aumentando los descuentos mientras Mahou, San Miguel y Cruzcampo también tienen su particular disputa por ser los distribuidores oficiales de los cubos”.

Por mi parte, ni agrego ni quito coma ni punto alguno

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R. Mera

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