Nada nos vendrá dado en el nuevo año

 

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Crónica emitida en Onda Cero el lunes 13 de enero

 Buenas tardes. Como es de rigor en estas fechas, al ser esta la primera “máquina” del año, me atendré a las buenas costumbres y la ya casi olvidada urbanidad para desearles que este que ahora comienza nos sea propicio a todos especialmente en lo que a paz, salud y trabajo hace referencia.

Claro que ni estas cosas, ni las otras más cercanas y prosaicas, nos vendrán dadas desde etéreos espacios, Dios o dioses diversos, casualidades o causalidades, si nosotros permanecemos inertes o inanes ante los hechos cotidianos y las decisiones que al respecto toman las personas y circunstancias que los configuran.

Si queremos encontrar soluciones válidas al actual cúmulo de negativos problemas que nos invaden a muy diversos niveles sociales, económicos y de convivencia, habremos de convenir en que ha llegado el momento de cambiar el rumbo de la sociedad y sus liderazgos.

Y es hora ya de despertar del letargo al que durante las últimas décadas nos han sometido las llamadas sociedades del bienestar y el consumo. Y desde los confines del mundo a los límites de la más pequeña aldea de estos nuestros concejos hemos de ser conscientes de que el actual sistema económico, con todas sus influencias y repercusiones en todas y cada una de nuestras sociedades ahora ya globalizadas, nos está llamando a la tragedia y los ídolos del dinero nos están robando descaradamente nuestra dignidad ya que nosotros, dense cuenta amigos, hemos preferido y seguimos prefiriendo mirar para otro lado.

Y debemos mantenernos en alerta. La desmemoria en el mundo de la política y la economía es muy cómoda para cada uno de nosotros. Nos la juegan una otra vez y una y otra vez lo olvidamos conscientemente. Pelillos a la mar, nos decimos; vamos a tomar un café. Y junto la barra del bar, en la esquina de cada calle o en la plazoleta de cada villa o aldea, seguimos pontificando de nuestra sapiencia política.

Y la mayoría de nosotros, encerrados en nuestro propios egos, nos creemos por encima del saber y el conocimiento de los otros por cuanto cada mañana podemos plasmar nuestra opinión en las llamadas redes sociales en el convencimiento de que estamos en lo cierto aún cuando no nos demos cuenta que el vehículo de las ideas son las palabras y que el desconocimiento de éstas nos lleva a creer que decimos lo que pensamos cuando, al no utilizar las adecuadas y precisas, el lector de más allá entienda algo que nada tienen que ver con lo que nosotros creíamos expresar.

En la misma línea encontramos la credulidad que damos a lo que aparece en las citadas redes que aceptamos como dogma sin testar o contrastar su origen, ni la solvencia de la firma que lo asevera, dándolo mucha más credibilidad que al profesor, experto o técnico más cercano y con el coincidimos a la hora del café o el vino. Yo lo he leído en Internet, decimos ufanos, y con esta base científica, o al meno argumental, damos por sentado nuestro mucho mayor conocimiento sobre el otro.

Nada nos vendrá dado de cara a este nuevo año. Habremos de ser todos, codo con codo y brazo con brazo, quienes dotemos de un contenido de presente, trabajo y compromiso, a cada uno de sus días. Si no es así, cuando pasado estos 365 que ahora iniciamos nos veamos en la misma situación solo nos quedará decir:

 Cramba, caramba, caramba

2013-03-27 19.29.44

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R. Mera

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