CANGAS DEL NARCEA.- Condenado el hombre acusado del homicidio de Carmen M.R., natural de Jarceley.

 Un jurado popular ha declarado por unanimidad culpable  a E.P.G. de matar a María del Carmen Menéndez R., durante una pelea el 11 de septiembre de 2011 y además le acusan de haberse apoderado de objetos de la víctima. El jurado cree que el acusado “miente en todo su testimonio”, ya que durante el juicio negó los hechos. Así lo señala la agencia EuropaPress en una nota de prensa.

Mario Rojas.-El acusado con su abogado
Mario Rojas.-El acusado con su abogado

Culpable de homicidio y de hurto. Con esos cargos se encontró ayer el mierense Eloy P. G.en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Asturias. El jurado popular encargado de emitir un veredicto sobre la prueba practicada durante el juicio considera que es autor de la muerte de su amiga María del Carmen Menéndez, en el domicilio que ésta tenía en Oviedo, la noche del 26 de agosto de 2011. Estos hechos podrían mantenerlo hasta 16 años privado de libertad.

La Fiscalía solicitaba 12 años y medio de prisión por el delito de homicidio y un año por el delito de hurto, además de la inhabilitación del sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, una medida que también comparte la acusación. El fiscal elimina de sus peticiones la indemnización para el hermano de la víctima, José Menéndez, fijada en 48.000 euros. “Si la propia acusación no pide nada por este concepto, porque José Menéndez no desea obtener ningún fin lucrativo por la muerte de su hermana, yo no puedo ir más allá”, explicó. Por su parte, la defensa pidió a la magistrada que aplique la pena mínima fijada para los dos delitos, 10 años por homicidio y 6 meses de cárcel por hurto, y que elimine cualquier multa económica.

 Según la citada nota de prensa, el 11 de septiembre de 2011 se halló el cuerpo de la mujer, María del Carmen M.R., en estado de descomposición. La víctima presentaba una lesión neurocraneal “incompatible con la vida”. El acusado de su muerte se enfrentaba a una petición de cárcel de 13 años y medio por parte de la Fiscalía y de hasta 20 años de prisión por la acusación particular, que representaba al hermano de la fallecida.

Según su declaración, la noche del 26 de agosto de 2011 estuvo con María del Carmen M.R. en su piso de Oviedo como en anteriores ocasiones, ya que eran amigos desde hacía años y había realizado varias obras en esa vivienda y en otra propiedad que la mujer tenía en Cangas del Narcea. Tras ver un partido de fútbol, fumar hachís –que, sostiene, había por toda la vivienda “en cantidades industriales”– y tomar unas cervezas, dice haber marchado del domicilio unos 45 minutos después.

El acusado también afirmó que intentó contactar con ella por teléfono el domingo 28 de agosto, víspera del día en que la víctima tenía previsto viajar a Croacia, aunque no logró hablar con ella. Aseguró que lo hizo desde Mansilla de las Mulas, donde había llevado a sus padres para acudir a la fiesta de la ‘Tomatina’ y que el teléfono le daba apagado, pero no se preocupó. Tampoco mostró preocupación en días posteriores, reconoció, cuando el círculo común de amistades tuvo conocimiento de que María del Carmen M.R. no cogió el vuelo previsto y era imposible localizarla. “Ella era más bien aventurera y pensé que había perdido el avión o que habría cambiado de idea”, señaló en el juicio, mencionando anécdotas que la fallecida le habría contado sobre viajes anteriores.

Respecto a la jornada en que fue hallado el cadáver, E.P.G. aseguró que ese fue el día en que tuvo conocimiento de la muerte y que se enteró por un amigo común mientras se dirigía a la finca de sus padres en Villaviciosa para arreglar una avería. Añadió que esa madrugada, tras las obras, volvió a su domicilio en Mieres, desde donde se desplazó a la mañana siguiente para prestar declaración ante la policía en Oviedo.

 El Ministerio Fiscal, que también reclama el pago de las costas del juicio y el abono de una indemnización al

hermano de la víctima de 48.000 euros por el fallecimiento, 1.600 euros por las joyas y 2.000 euros por el metálico sustraído, sostiene que la víctima se dedicaba al tráfico de estupefacientes en pequeñas cantidades entre un grupo reducido de personas, en el que se encontraba el acusado, que además realizaba algunas obras para ella en una propiedad que tenía en Cangas del Narcea.

Según la Fiscalía, la noche del 26 de agosto de 2011, la mujer recibió en su casa la visita del acusado. Los dos

Miki López en LNE.- El acusado
Miki López en LNE.- El acusado

estuvieron viendo un partido de fútbol y surgió una discusión entre ambos, posiblemente porque la mujer le dijo que no quería seguir con las obras de Cangas. En el transcurso de la pelea, el acusado golpeó a la mujer en la cabeza con un objeto no determinado, causándole la muerte. A continuación, cubrió el rostro de la mujer con unas prendas, revolvió todo el piso para simular un robo y cogió unas joyas valor se estima en unos 1.600 euros. Además, la mujer, que tenía previsto un viaje a Croacia, tenía en su domicilio una cantidad no determinada de dinero que podría rondar los 2.000 euros. El acusado, apunta la Fiscalía, se fue con las joyas y el dinero, tras lo que acudió a diversos establecimientos de compraventa de objetos de oro los siguientes días: en Mieres, el 11 de octubre vendió un cordón de oro y dos medallas y el 17 un anillo, una pulsera y tres aros; por último el 17 de noviembre vendió cuatro anillos en Torrelavega (Cantabria).

Tras escuchar la decisión del jurado, los familiares de la víctima no pudieron aguantar las lágrimas. La semana ha sido muy larga para ellos. Pero la espera desde 2011 les ha traído el resultado que esperaban. “Son muchos años esperando, estamos nerviosos y emocionados, por fin se hace justicia”, aseguraban su hermano, José Menéndez, y su pareja. “Todos sabíamos quién era el culpable, nosotros y la Policía, pero la primera autopsia no sirvió para demostrar esa muerte violenta. Estuvimos un año en las puertas del juzgado reclamando que nos contaran qué pasaba porque se declaró el secreto de sumario. Ahora sólo tenemos que esperar que la juez le imponga la pena máxima“.

En el otro lado, Eloy P. G. y sus abogados intentaban digerir la inesperada noticia. “No nos podíamos imaginar que el resultado iba a ser éste, pero recurriremos”, aseguró su letrado, Fernando Rodríguez. El abogado lleva defendiendo durante todo el procedimiento que no había ninguna prueba firme que sirviera para condenar a su cliente, pero el jurado no lo ha visto así. Los nueve miembros que conformaban el jurado no profesional, basados en las testificales y las periciales practicadas en el juicio, consideran probado los hechos.

Ahora ha de ser el juez el que fije la sentencia definitiva.

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R. Mera

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