SUROCCIDENTE.- Los relatos de estas tierras de la allandesa Eva López

Eva López en la entrega de premios

Eva López es una joven de 18 años nacida en el Valledor (Allande). Profundamente enamorada del campo y la belleza que esconde, intenta trasmitirlo a través de sus relatos. Amante de la escritura ello le permite desconectar de la realidad diaria y crear uno nuevo con sus palabras.

Su afición por la Literatura y lo fantástico se remonta a su primera infancia cuando su madre le leía cuentos hasta quedarse dormida. Es con la temprana edad de nueve años cuando decide escribir sus primeros relatos. Y con uno de ellos se presentó al que anualmente, con motivo de la celebración del Día del Libro Infantil, convoca la Librería Treito en Cangas del Narcea. Allí la conocimos y allí la premiamos.

Este año ha vuelto a estar con nosotros en la entrega de premios del mismo concurso y allí nos ha presentado si libro “Relatos de una infancia” (Circulo Rojo)

El libro

Es el libro una recopilación de pequeños relatos pertenecientes a la infancia de la autora, en los cuales priman lo mágico a la vez que lo fantástico.

 

No hace mucho tiempo cuando los bosques eran gobernados por vampiros y brujas, dos peregrinos decidieron caminar un largo trayecto desde su pueblo, llamado Sainbil hacia la Ciudad Sagrada donde les concederían la vida eterna si conseguían llegar vivos hasta allí…”  inicia su relato “La peregrinación”.

 

Los animales de la granja: …….Una noche mientras los zorros dormían aparecieron unos lobos que eran amigos de los animales de la granja, y se habían enterado de su problema…

 

No todo es fantasía: ….Eran las nueve y llegaba l ahora de irse a dormir, mi abuelo como siempre se sentó en l acama y cogió aquellibro que a mí tanto me gustaba, titulado “Los dragones del reino”….

 

Nuestro paraíso: …Todas las tardes, cuando volvía del colegio no hacía otra cosa que coger aquel libro e irme al campo donde se encontraba el roble. La vedad no sé muy bien por qué iba allí, quizás porque con su riachuelo, sus flores, su prado verde y el cantar de los gorriones, reflejaban a la perfección un auténtico paraíso, o también porque había pasado todas las tardes de mi niñez allí, junto a las personas que me habían criado y yo tanto admiraba…..

 

Luz de luna …..Ya había caído la noche, las luces de los faros se reflejaban en el guardabarros de la carretera. Era una noche estrellada, se podría decir que una de las más estrelladas que había visto, y la luna llena brillaba con fuerza, como nunca antes lo había hecho…

 

 

 

 

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R. Mera

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