CANGAS DEL NARCEA. Las monjas canguesas piden ayuda para Kerala

Convento cangués

Las religiosas dominicas del convento de clausura de Cangas del Narcea están desde hace unas semanas volcadas en recabar ayuda para el Estado de Kerala, en la India .Siguen a diario las informaciones que llegan desde el sur del país asiático que está viviendo las peores inundaciones que se recuerdan desde hace 100 años y que ya dejan tras de sí a centenares de fallecidos y miles de personas evacuadas de sus casas.

Este especial interés viene determinado porque en el convento cangués hay cuatro hermanas que provienen de ese Estado indio. Pero, aparte, en Kerala, la congregación dominica canguesa fundó en 2002 un convento también de clausura en el que ahora mismo viven cuatro monjas que se formaron en Cangas del Narcea, que también son oriundas de este Estado indio.

Según las monjas canguesas lo que está sucediendo “es algo apoca lico. La gente no tiene comida, han logrado salvar la vida, pero la pobreza ahora va a ser total”. Ante esta situación, que les llega de primera mano de las hermanas dominicas de Kerala y de los familiares de las monjas indias que están en el convento cangués, han decidido intentar aportar su granito de arena y han abierto una cuenta bancaria para recaudar donativos que puedan hacer llegar a la población de Kerala a través del convento fundado allí. “Es un dinero que va a llegar directamente, sin intermediarios, las hermanas de allí serán las encargadas, junto al párroco de la zona, de distribuirlo entre la gente”.

Quien quiera colaborar tiene a su disposición la cuenta 0030 7042 8000 0007 6271 en el banco Santander, cuya titularidad es de las dominicas. Para realizar el donativo se debe especificar “Ayuda a la India”.

“Muchas casas han desaparecido bajo el agua y la gente está hacinada en los refugios, únicos lugares a los que llega algo de comida. Quienes han decidido quedarse en sus casas están atrapados, sin alimento ni agua y es donde se están registrando más muertes”, cuenta una de las religiosas originarias de aquel país.

relata. Su cuñado está trabajando activamente en el rescate de personas. “Apenas duerme una hora al día, solo tiene acceso a beber agua de lluvia y ha vendido su anillo para poder ayudar”, explica Sor Dalia.

Añade que en la escuela refugio en la que se encuentra su familia hay 5.000 personas alojadas lo que no permite que ni siquiera puedan estirarse en el suelo para dormir. Recuerda que a pesar de que las lluvias han remitido, existe el peligro de que se desarrollen enfermedades contagiosas.

 

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R. Mera

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