CANGAS DEL NARCEA.- MAÑANERA PROCESIÓN

 
Este año la Virgen no subirá Arrastraculos envuelta en disparos y oraciones devotas. Es por ello por lo que quiero recordarla con un poema que escribí en 1.979

Mañanera procesión
 
¡Ya suena los voladores!
Madre: dame la camisa blanca
que quiero yo ir con mi Virgen
viendo las calles de Cangas.
¿No oyes un repiquen que suena allá en Ambasaguas?
Va a salir la procesión
¡Ya suenan bandas y gaitas!
 
¡Qué guapina yes la Virgen es estas mañanas santas!
 
Y en cuanto que llegue al puente
meciéndose en las sus andas….
Ya verás que estruendo, madre ,
ya verás que ansias
por prender el volador
que prometí por la Pascua
cuando el mi hermano penaba
ahogado en fiebres de Malta.
 
¡A mi me entra una congoja
cuando por mi calle pasa…!
Así como un cosquilleo
 de repiquines de gaita
 que son dentro cantarinos
ya por fuera: lágrimas.
 
¡Ya verás que guapa va
respirando a las sus anchas
Arrastraculos arriba
envuelta en plegarias santas!.
 
¡Qué guapina yes la Virgen es estas mañanas santas!
 
Gente arriba y gente abajo
en ventanas y en terrazas.
Las almenas tan a tope…
la calle Mayor se ensancha…
Y el campanón de la iglesia
se impone sobre Ambasaguas.
 
Mañanera procesión
con sabores de nostalgias,
con suspiros de mujeres
que retumban en el alma,
con alegres inquietudes,
con arpegios de armonías,
con alegres canturías
ilusiones y esperanzas.
 
¡Dame la mecha mía madre!
¡Da igual la camisa blanca
que la Virgen no se fija
ni en colores ni en estancias!.
 
¡Qué guapina yes la Virgen es estas mañanas santas!
 
Y en cuanto llegue a la iglesia,
la que llaman Colegiata,
cuando el barullo se calme
y ella se quede solina
descansando de su andanza,
yo le diré de rodillas:
¡Virgen Santa, aquí estamos los de Cangas!.
Con defectos y virtudes
mostrando desnuda el alma.
Con ilusiones y ganas
de seguir bajo tu amparo
después que esta tarde bajes
de nuevo a Entrambasaguas.
 
Cuida de má y del mío padre
que es un poco garambaina,
pero yo se que te quiere
aunque no vaya a tu casa.
¿Tu lo comprendes, verdad?
Y ella me dirá que sí
con una sonrisa amplia
de esas que no ven los ojos
pero sienten las entrañas.
 
¡Dame la mecha mía madre
que corro ya hacia Ambasaguas!


Nota: Algunas de estas estrofas fueron utilizadas en el Pregón de fiestas dado por el autor en el 2013.

 
 
 
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R. Mera

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