Demetrio: Genio y figura

-Pepe, ¿Has pasado por el cementerio?

-No, aún no, pienso hacerlo mañana

– No te olvides pasar por la ampliación y visitar la tumba de Demetrio. Sé que te va a gustar la lápida, como a mí me gustó aquel artículo que escribiste de “El titán de las Villuercas”. (https://www.deaceboyjara.com/2013/06/24/remembranzas-berzocaniegas-demetrio-el-titan-de-las-villuercas/.

La lápida

La conversación tenía lugar en la Plaza cuando ya apretaba el sol del mediodía y las terrazas de la misma se llenaban de clientes cobijados bajo las sombras de los álamos.

Al atardecer del día siguiente, Maribel y yo nos acercamos al cementerio a visitar las tumbas de mis padres. Nos acordamos de lo que me había dicho mi joven paisano y nos dirigimos a la parte nueva en busca de la tumba de Demetrio. Destacaba entre las demás por su color azul fuerte. No voy a describirla ya que adjunto aquí la foto que realizó Maribel.

Yo, que conocía bien a Demetrio como podrá comprobar el curioso lector si repasa el artículo citado anteriormente, vi perfectamente retratado su ser y sentir en la lápida. He de felicitar a sus hijos por la decisión que, en un pueblo pequeño, me da la impresión pueda ser difícil, pero que tomaron valientemente en la seguridad de que él lo habría aprobado. Tanto las frases como las fotos. Supieron elegirlas de forma que quedase sintetizado en ellas la esencia de toda su vida.

“Aquí descansan mis ganas de vivir”, dice una. Y “Ahora no me he salido con la mía”, la otra. Genio y figura nuestro Demetrio, formas de ser y pensar que sus hijos han sabido interpretar correctamente.

En cuanto a las fotos, en la primera aparece montado en su más que célebre BH, bicicleta que era la envidia de todos los niños y adolescentes de entonces y que precedió a la moto, la furgoneta y el Seiscientos a los que también nos referimos en el ya mencionado artículo.

En la siguiente aparece en el bar, en el primigenio de la Plaza, aún bastante joven. Trabajando la madera y en el campo con el ganado. Pese a sus múltiples oficios, Demetrio nunca perdió su condición de labrador y la ejerció prácticamente hasta el final de sus días.

Sirvan éstas líneas como recuerdo cariñoso a su figura en el abrazo a sus hijos por la decisión tomada.

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R. Mera

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