Cangas huele ya a pólvora y anuncia Folixa tumultuaria

Estamos hoy en este blog cuando ya las calles de Cangas huelen a pólvora, hemos iniciado la novena a la Virgen del Carmen, y las peñas han celebrado cenas, reuniones y reencuentros para ir templando el cuerpo de cara al apretado fin de semana que se nos viene encima. Me comentaba Xuan que la novena logra que, por unos días, acudan a la iglesia gentes que no lo hace en todo el año y que, pasada aquella, no volverán a hacerlo tampoco en el siguiente.

Suenan ruidosas las ruedas de las maletas por aceras y cruces. Aumentan significativamente los corros y corrillos que ocupan aceras y calles peatonales obligándote a caminar esquivándolos cundo no a salir directamente a la calzada jugándote el tipo. Sus charlas, saludeteos y, especialmente cotilleos, son de tal intensidad que ni se enteran que estorban pero… ¡Todo sea por las fiestas!

Duermen las cargas de pólvora, esperan impacientes en sótanos y garajes. Se afanan las planchas en manos de las madres y preparan con mimo camisas y pañuelos de unas y otras peñas. Y llegado el momento, todo quedará debidamente señalado y colocado en la cama de él o de ella.

Y los nervios afloran como amapolas en los campos de trigo castellanos cuando el verano asoma.  La pólvora es el eje central de charlas y la esencia dinamizadora de discusiones en bares y terrazas. Mas no solo es ya en estos lugares. De unos años acá también lo es en tiendas y supermercados. Y es que, a la vez que las mujeres se han incorporado totalmente a la dinámica festiva, los hombres lo han hecho a la necesaria de la compra y a la de tener completa la nevera para cualquier circunstancias no prevista que pueda surgir en el hogar en estas fechas. Todo se une y amalgama en la misma esencia festiva, en el mismo latir acelerado de la espera, en el mismo estar, o mejor querer estar, en uno y otro lugar al mismo tiempo.

La Descarga: Foto J.R. Puerto

Y las terrazas se llenan de color y alegría. Y abundan los jóvenes de uno y otro sexo luciendo sonrisas y besos de saludo embutidos todos ellos en las prendas que la moda veraniega dicta y a la que se apuntan con desenfado y libertad para enfados, muchas veces, de una y otras madres.

También llega este aire juvenil a los que ya peinan canas que rejuvenecen al sol de los rincones cangueses unas veces en el presente y otras reviviendo otros Cármenes y otros momentos que deambulan semiperdidos, pero nunca olvidados del todo, en la memoria.

Iniciamos la semana y Cangas huele a pólvora y anuncia folixa tumultuaria.

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R. Mera