CANGAS DEL NARCEA.- Viña Granadiella, una viña original y de futuro

Alba e Hisve

Una hectárea y media de Viña Grandiella, situada en Corias (Cangas del Narcea) y propiedad del empresario tinetense Benjamín Alba, cuenta con 6.000 cepas de la variedad albarín blanco repartidas en pasillos perfectos dentro de una finca amurallada. Pero además se ha convertido en un lugar de referencia por otra razón: pueden encontrarse en ella las 14 variedades con las que el Principado permite elaborar vino bajo la marca Denominación de Origen Protegida (DOP) Vino de Cangas.

Aunque las variedades autóctonas y con arraigo en la zona son albarín blanco y tinto, mencía, verdejo y carrasquín, también se pueden elaborar vinos con uvas albillo mayor, picapoll, godello, gewurztraminer, moscatel, garnacha tinta, merlot, pinord noir y syrah. Ahora todas ellas están presentes por primera vez en un viñedo en Asturias, por el momento, con tan solo tres plantas a modo de muestra y con la idea de hacerlas crecer.

“Tenía la idea de poder reunir todos los tipos de uva con los que se puede elaborar vino dentro de la DOP, las conseguimos y es un orgullo poder tenerlas aquí”, reconoce Alba, que les ha buscado un lugar privilegiado dentro de su gran parcela, justo a la entrada, dispuestas en dos bancales. En el primero, más pequeño, se muestran las variedades autóctonas, y por encima, uno más grande, recoge las nueve restantes, todas ellas identificadas con unos carteles. “Hay una muestra de cada tipo, y si alguien tiene interés en plantar, puede venir a coger los sarmientos”, ofrece el empresario, que señala que ya este mismo año pueden recogerse para hacer injertos.

Alguna de las cepas llegó incluso desde Italia o Alemania. Y hay variedades que sólo pudieron conseguirlas al ponerse en contacto con viticultores particulares, como es el caso de la picapoll, uva autóctona de la Denominación de Origen Pla de Bages (Cataluña), que apenas se cultiva. Alba contó con la inestimable colaboración de Joaquin Fernández “Hisve”

El tinetense también compró duelas, tanto de roble como de castaño de Asturias, para hacer barricas destinadas a envejecer el vino blanco. “Las barricas las hicieron los únicos toneleros que quedan en Asturias, en Villaviciosa”, explica el empresario, que después de embarcarse en este proyecto, ve que ahora “todo el mundo se fija en el sabor a roble o castaño, que es maravilloso y está riquísimo, pero hasta ahora no lo había”.

Tras haberse hecho con una muestra de las 14 variedades de uva permitidas en Asturias para elaborar vino de Cangas, Alba se plantea ahora empezar a plantarlas a mayor escala en la finca Viña Grandiella. Quiere hacerlas crecer para poder contar con producción que le permita experimentar. Por el momento, este año comenzará a mezclar albarín blanco con un 15 por ciento de moscatel, una combinación con la que esperan bajar un poco la acidez al albarín.

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R. Mera