CANGAS DEL NARCEA.- Primer día de Novenas. 2014

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 Las ventanas del día ya habían abierto sus cristales a la luz. La niebla iba perdiendo jirones de orballo enredándose entre los castaños montaña abajo. Un manto de silencio, apenas roto por algún ladrido, envolvía la villa canguesa. Eran las siete y media de la mañana.

De repente, surgiendo de una nada intangible, el son agudo del campanín de Ambasaguas rompió silencios rebotando ecos Luiña arriba y Narcea abajo. El cantarín alegre de la campana más emotiva de la villa, esa que es capaz de ponerte el corazón en un puño en la tarde del día 16 de julio, se colaba por los resquicios de las puertas y los ajustes de las ventanas.

La mujer ya estaba levantada. Al oír el campanín notó un ligero temblor de su cuerpo. Sonrió complacida mientras daba los últimos  retoques al rimel de sus ojos. Pausadamente volvió a la habitación. Allí, encima de un joyero de madera de carey, recién planchados los lazos, estaban las medallas. La suya era redonda, la de su marido y su hijo cuadradas. Tomó aquella con estudiada delicadeza y repitiendo el ritual de cada año, se la colocó suavemente en el pecho. Volvió  a alinear las otras dos y se dispuso a salir. La escena, con alguna que otra variante, se repetía en otros domicilios. Era el día siete de julio, primer día de Novenas en Cangas del Narcea.

Guarda este día especiales connotaciones para los cangueses. En él se mezclan sensaciones religiosas, sociales, festivas, tradicionales e incluso rutinarias. En especial amalgama, unas y otras configuran un sentir especial que lo define. Personas que ni tan siquiera cumplen el mandato de oír misa cada domingo o fiesta de guardar y a lo largo del año no pisan la iglesia más allá de lo que supone un entierro, Cabo de Año o funeral, acuden piadosas a la ermita del Carmen para cumplir con el rito de la Novena que precede a la festividad de Nuestra Señora del Carmen el día 16 de julio.

Ya sea a la de las ocho de la mañana, a la especial de los niños, o a la más solemne de la tarde, los cangueses (más mujeres que hombres, eso sí) cumplen un rito religioso que alcanza su cénit cuando en la Descarga los tiradores ensalzan a la Madre cangándose en el Hijo.

Alrededor de la convocatoria religiosa se estructuran haceres y costumbres sociales que configuran el todo de lo que el cangués engloba en el concepto Novena. En la de la mañana, tras el rezo y guardar en los bolsos los pequeños libretos del novenario, pequeños grupos de  amigas se dirigen  a una u otra cafetería para desayunar en común y parlar de lo divino y humano, especialmente de cuanto  acontece en la villa y que no figura precisamente en los medios informativos más o menos oficiales. Son momento de relación que se repiten año tras año.

2013-07-07 20.45.06Tiene alegres connotaciones la Novena de media mañana diseñada especialmente para los niños que resulta amena y divertida. Quizás por ello también acuden los mayores.

De nuevo a las siete y media, pero esta vez de la tarde, el campanín vuelve a lanzar sus repiques sobre la villa. Desde el Prao del Molín, miembros de la Sociedad de Artesanos, encargada de organizar y lanzar la Descarga del día 16 de julio, lanzan al aire las primeras andanadas oficiales de voladores. Comienzan a aparecer los uniformes de las Peñas de la Pólvora y a llenarse las calles de colorido.

Todo ello da al día un carácter muy especial que se vive con especial entusiasmo. Ya han llegado los primeros veraneantes, los hijos, y también los nietos, de la emigración a ls grandes ciudades. Las calles respiran un especial ambiente vacacional. Y pese a que hasta el día 14 no se dará la salida oficial a las fiestas, el hacer de los vecinos se encuentra impregnado de ellas y el aire “huele a pólvora”, afirman unos y otros entusiasmados.

Cuando las primeras sombras de la noche comiencen a rodar Cascarín abajo, se inician las “Cenas de Novenas”, un aglutinante más en el todo del día siete, que organizan peñas, grupos de amigos, compañeros de trabajo o simplemente el “porque sí” del momento. Allá hacia las doce, tandas de disparos aquí, allí o acullá, irán informando de que la cenas han terminado y con ellas el Primer día de Novenas.

Sí. En torno a las nueve, la Sociedad de Artesanos entrega su Medalla de Oro, pero de so hablaremos en capítulo aparte.

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R. Mera

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