CANGAS DEL NARCEA.- ¿Quién agredió a Gerardo Biaín?

Cinco representantes del comité de empresa de Coto Minero Cantábrico (CMC), entre ellos su presidente, Luis María Fernández, imputados por la agresión contra el apoderado de Unión Minera del Norte (Uminsa) y “número dos” de la organización empresarial encabezada por el industrial leonés Victorino Alonso, Gerardo Biaín, negaron ayer en el juzgado de Cangas del Narcea haber participado en el ataque sobre el mismo que se produjo el pasado mes de enero en la mina de Cerredo, en Degaña.
El pasado 14 de enero, Gerardo Biaín acudió a las instalaciones de la mina de Cerredo junto con Victorino Alonso. Cuando iban a comenzar una visita por el interior de la explotación un grupo de encapuchados les atacó. El empresario logró escapar de los golpes, mientras que su “número dos” recibió una paliza que le provocó numerosas contusiones y traumatismos por todo el cuerpo, llegando incluso a romperle un brazo. Como resultado de la agresión Biaín fue trasladado de forma inmediata, en ambulancia, al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), para ser tratado. A la llegada de la Guardia Civil al lugar de los hechos los agresores habían huido y no pudieron ser identificados.
Claro quedó que Biaín fue agredido. ¿Por quién? No se sabe y será difícil saberlo. Difícil o más que difícil va a resultar encontrar entre los mineros algún testigo dispuesto a señalar.

Los cinco acusados niegan haber participado en los hechos. “Creo que estamos escogidos al azar porque no hay ninguna prueba”, explicó en Cangas del Narcea el presidente del comité de empresa, aunque reconoce que el día en el que se produjo la agresión todos se encontraban en el lugar de trabajo. Y aclara: “Casualmente, el día en el que se produjeron los hechos es el día que daban las nóminas, por lo que sí estuvimos en el centro de trabajo, pero ninguno de nosotros estuvo presente durante la agresión”. El presidente del comité confía en que el caso se archive nuevamente, pero asegura que el proceso en sí está suponiendo “un gran trastorno” porque “tenemos que buscar pruebas para defendernos cuando para acusarnos no las hay”.
Los imputados y algunos testigos prestaron declaración en el juzgado cangués una vez que el caso ha sido reabierto por la Audiencia Provincial, después de que Biaín presentase un recurso de apelación al ser archivado el caso en una primera ocasión porque el “el juez veía que había un delito claro, sin embargo no se veía fácil acusar a alguien”. No obstante, el cierre del caso se realizó antes de tomar declaración a las personas investigadas por la policía. “En las investigaciones se descubrieron contradicciones a partir del estudio de las llamadas telefónicas y la situación de algunos de los acusados en el momento de la agresión y la Audiencia entendió que se debía volver a investigar todo”, explicaba el abogado de Biaín.