Así da gusto morirse

 

Aún hay mucha gente que mira las esquelas mortuorias y su redacción. Y aunque menos que antaño, aún aparecen necrológicas aquí y allá. Pero nada, absolutamente nada que ver con las de antes. ¡Que rimbombancia! ¡Que Lenguaje tan grandilocuente y recargado!. Casi casi que le dan a uno ganas de morirse por verse así alabado y engrandecido

Vean ésta de 1.927 recogida de La Maniega:

En Regla de Cibea ha fallecido a la avanzada edad de 88 años don Primitivo Álvarez Valdés. “Su muerte ha sido muy sentida por ser el finado persona de grandes méritos, que por su afable trato e innumerable bondades, se captaba el cariño y la simpatía de todos los que le rodeaban. El señor Álvarez estaba emparentado con las más distinguidas familias del concejo viviendo siempre entre nosotros excepto diez años que pasó en Madrid con sus hijos hasta el fallecimiento de su bondadosa consorte”.

Y seguidamente nos dice la nota: “Era el finado un gran amante de la tierrina como lo demuestra el no haber querido abandonarla a pesar de las insistentes súplicas de los hijos para para que siguiese en la Corte y pasase en ella sus últimos días…” Y sigue: “el acto del sepelio y funerales fueron una verdadera manifestación de duelo y a pesar del mal tiempo que hizo ese día, acudieron un sinnúmero de personas de la villa de Cangas y de diferentes puntos del concejo que fueron a Regla de Cibea a ofrendar el último homenaje al que fue en vida bondadoso caballero”.

No le anduvo a la zaga en elogios fúnebres Vicente Ménguez Rodríguez que falleció en Madrid, Y dice su égloga mortuoria: “Era un conocido agente de bolsa natural de Villarino de Cibea. Excelente y cuidado funcionario, muy apreciado de todos por sus relevantes cualidades, y por la sencillez de su carácter, siendo siempre un protector de sus paisanos y un amante de la patria chica; contribuyó al progreso de su pueblo natal costeando importantes mejoras, haciendo a su expensas el puente de piedra de Groz y enlazando un camino carretero desde Villarino a la carreta de Genestoso.

Las muchas amistades del finado evidenciáronse en el acto del sepelio. En la fúnebre comitiva figuraba numeroso público en su mayoría paisanos de todas las clases sociales e infinidad de empleados del Banco de España”.

Y yo me digo: Ya no hay cronistas capaces de redactar una necrológica de esta guisa

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R. Mera

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