De esta todos sabios

Pues sí amigo lector. La derrota que está tomado la enseñanza clama un inmediato despertar de todos cuantos en ella se hallan implicados comenzando por los padres. El buen cuidado que tienen los responsables de envolver sus acciones y omisiones en un lenguaje “políticamente correcto”, huero, falso y plagado de contradicciones y pleonasmos que no dicen nada ni a nada comprometen, está logrando el complaciente adormecimiento de todos cuantos se hallan implicados en el proceso educativo. Y lo más grave es que es un adormecimiento complaciente, satisfactorio, relajado, de todo está muy bien y es muy bonito. Y. además, dice la madre feliz en el supermercado, “mis hijos van estupendamente, su profesora está encantada”. Y ni siquiera se da cuenta que mal sabe hilvanar dos frases con sentido o los nombres y apellidos de sus cuatro abuelos.

         Y no se les ocurre otra cosa que unir el número de aprobados al de los sueldos. Sueldo más altos, necesitan más aprobados. Pues ahora resulta que ello no es tan difícil. Al profesorado el suspender a alguien le acarrea líos, papeles y más papeles, reclamaciones y más reclamaciones que generalmente el inspector de turno, convertido en mero comisario político que ni  ve ni oye ni entiende, y mucho menos a los docentes, en cuando vislumbra algún problema resuelve dando a razón a los alumnos y a lo spaadres, ¿Qué creen que van a hacer los profesores si encima de eso quieren rebajarlos  el sueldo y aumentar sus responsabilidades, incluyendo las sanitarias?. Pues todos sobresalientes

         Hace poco leía que un grupo de estudiantes con alta capacidad se habían acogido “a la flexibilización del periodo escolar”. Tardé bastante en averiguar que sencillamente a unos les habían adelantado un curso y el resto, decía la nota oficial, “se hallan inmersos en proyectos de enriquecimiento curricular”; es decir seguían en su curso y se les apretaba algo más que al resto. Aclarando: con un lenguaje muy manierista y actual en la seudo progresía, de manera que nadie sepa si van o vienen, hacen exactamente lo mismo que se hacía antes de que la educación se llenase de majaderos y majaderías.  Pero van aún más allá y aseguran que buscan “convertir a los alumnos de alta capacidad en cotutores de compañeros con dificultades”. Toma allá. Eso mismo pero dicho en román paladino, lo conocimos muchos hace unos años, cuando el maestro (todavía no era profesor), con cuarenta en el aula decía al más espabilado: “Ramón, vete ayudar a Pepín que no se entera”. Y así dicen los sapiens actuales que Ramón y Pepín quedaron totalmente traumatizados por el lenguaje de aquel maestro. ¿Cómo va a consentir una madre actual preparada vía televisión, que ve “La Voz”, el “El Gran Hermano”, “Corazón del… lunes, y el miércoles, y el jueves, “Diario de…”, un montón de seriales al uso y todo los referentes a personajes y personajillos, que digan eso de su Pepín en clase? ¡Hasta ahí podíamos llegar!.

         Menos mal que a los pobres nenos les conceden cada día “un segmento de ocio”. Y no se le ocurra decir “recreo”, eso solo demostraría que está usted fuera de la realidad cotidiana que el Centro “ha plasmado en los diverso dosieres curriculares en los que se especifican los adecuados protocolos de actuación necesarios para la plasmación efectiva de los objetivos programados para los discentes a través de la correspondiente significación de los procedimientos, sin olvidar el necesario solapamiento de las materas transversales en su conjunta versatilidad que complementa y aglutina el conocimiento global de la idea a expresar. ¡Toma castaña!

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R. Mera

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