De cuando el carbón también se sacaba en los chigres (II)

De cuando el carbón también se sacaba en los chigres (II)

A la memoria de Potolo que nos dejó demasiado pronto

Como quiera que no deseo que este artículo se les haga demasiado largo, y dada la experiencia que en este tipo de publicaciones he adquirido a lo largo de los años, prefiero mostrárselo en cuatro estampas (El entorno, El personal, El tajo y la rampa en la barra y Agua contra el polvo) dado que he comprobado que es mucho mayor el número de lectores que se acercan a los escritos cortos que a los largos. Deben de ser cosas “de la modernidad”

Viene de ayer: https://www.deaceboyjara.com/2022/02/22/de-cuando-el-carbon-tambien-se-sacaba-en-los-chigres/

El personal

Aunque lo que voy a relataros pudo pasar en cualquier bar cangués, o incluso de algún pueblo del concejo, entonces con mucha más vida que ahora, me vais a permitir que me centre, como ejemplo de lo que en aquellos años acontecía al respeto, en el Bar Xipón (ahora Mallo), en la Calle Uría, en los nuevos edificios que se levantaban avanzando hacia el convento de las Dominicas que comenzaba quedarse encerrado entre ellos.

Regentaba el bar Francisco Boto, Paco Xipón, natural de Villacanes, que heredó el apodo de un bar con ese nombre que había regentado en Villablino. Era un hombre de profundas convicciones religiosas que no dudaba en exponer cuando era necesario o él lo creía conveniente. Junto con otros cangueses había realizado unos Ejercicios Espirituales que dieron mucho que hablar y que determinó que al grupo que allí acudió se les conociese como  “los del tuvete”  jugando con las palabras ya que cada vez que alguien les preguntaba qué había sido aquello de los Ejercidos respondían siempre: Tú vete.

El bar era sede también de una Peña Sportinguista, entonces numerosa y activa, que incrementaba su clientela ya numerosa de por sí. Amén del que esto escribe, y entre otros, eran clientes habituales: Chago, el practicante; un ejerciente gijonés de Cimadevilla, y simpático a más no poder, especialmente cuando te explicaba cómo había que poner las inyecciones a las monjas de clausura del cercano convento. Ángel Fernández, ingeniero de Carbonar; Manuel Fernández, plantilla de García Munté; su cuñado Antón, facultativo; Guarnizo, facultativo, natural de Peñarroya que, a su decir, tenía hijos cada vez que miraba a la mujer pese a tener encima de la mesilla toda clase de artilugios para no tenerlos. José María, uno de los facultativos más jóvenes, ahora concejal; Soilán, también dueño de un pequeño taller; Miguel, chapista y juerguista confeso; Gabriel Dupont, vigilante; Robustiano Domínguez, propietario de un taller de vagonetas y muy diverso material minero; Manolín, el de Pilotuerto; Falcón, empleado del Registro; Luis, administrativo de G.Munté, apodado el doctor, quien incluso dejó una vez sus vacaciones porque, aseguraba convencido, si él faltaba, la empresa se vería obligada a cerrar. Potolo, funcionario de Sindicatos y otros muchos, prácticamente todos relacionados, de una u otra forma, con la mina.

A las doce del anoche, al acabar turno, llegaban refuerzos para incorporarse a los ya citados: Arturo, vigilante de García Munté; Del Rio; Cibuyo,Marcelino; José Valdebois…y otra serie de mineros que variaban según el día.

Era Valdebois un personaje peculiar que debía su apodo a su lugar de nacimiento. Fuerte como un toro, con algún problema de dicción y de raciocinio, era el clásico buenazo al que tomar el pelo, algo que sus compañeros, y los otros, hacían quizás demasiado a menudo.

El grupo en primer lugar citado era consumidor deCubatas, algo que hacían a muy buen ritmo, especialmente los dos Fernández, Ángel y Manolo. Este los bebía de tres tragos, como si fuese un rito. Tragos largos, como puede suponer el lector, ya que era la única manera posible de vaciar el vaso en los citados tres tragos.

El segundo grupo era partidario del coñac, aunque era más común que variasen de bebida según sus peculiares criterios que nunca seguían un patrón fijo. El despachar una botellita no tenía mucho problema para el grupo.

Continúa mañana

.Comparte en tus redes sociales
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on LinkedIn
Linkedin
Pin on Pinterest
Pinterest
Share on Tumblr
Tumblr

R. Mera